Una veintena de aficionados cierran el taller de lidia de La Cistérniga

La plaza de tientas de la ganadería Toros Taru en Tudela de Duero fue el escenario elegido para celebrar el tentadero final que sirvió de clausura del II Taller Práctico de Tauromaquia para Aficionados de La Cistérniga. Los veinte alumnos inscritos en esta edición, cinco más que el pasado año, demostraron ante las incansables embestidas de las seis becerras que se lidiaron el aprendizaje desarrollado en las clases prácticas de toreo de salón en las que han progresado en el manejo de los trastos durante los meses de octubre y noviembre.

La jornada final tuvo como invitado de excepción al matador de toros de Linares Curro Díaz, que actuó como director de lidia ofreciendo momentos de toreo de muchos quilates. Los participantes pudieron sentir en primera persona la sensación y soledad que siente el torero frente al animal y comprendieron y apreciaron la extraordinaria dificultad que tiene el arte de torear, que es el verdadero objetivo de esta iniciativa taurina. También asistió el novillero vallisoletano Ricardo Maldonado. «El nivel en lo taurino ha sido excelente, ha habido rivalidad, competencia sana, generosidad, admiración por los progresos de los compañeros y un ambiente muy agradable», afirma Felipe Romero, coordinador del taller, organizado por el Centro de Tradiciones del Toro de Castilla y León en colaboración con el Ayuntamiento de La Cistérniga.

La segunda experiencia de este taller práctico ha contado con una exquisita plantilla de profesores: Jorge Manrique, Santiago Luguillano, Andrés Vázquez, Curro Díaz, Javier Herrero y Ricardo Maldonado, que han destacado por su prestigio y cercanía y la maestría de contar con una veintena de puertas grandes en la plaza de Las Ventas de Madrid. «Nos han regalado momentos de extraordinaria torería y consejos impagables», destacó Felipe Romero, coordinador del taller.