Dos raras avis en el nordeste

El tsunami electoral que ha dado un tono casi monocolor sin precedentes al mapa de Segovia tiene dos pequeñas islas rojas en el nordeste provincial. Grajera y Cilleruelo de San Mamés, dos raras avis entre bandadas de gaviotas. Separados por apenas diez kilómetros, estos dos pueblos son los dos únicos graneros de voto socialista que han resistido el empuje del Partido Popular tras la caída del último 'gran feudo' que le quedaba al PSOE en la provincia desde los comicios municipales del pasado mayo: el Real Sitio de San Ildefonso.

«¿Que si me siento como una isla? Peor lo tuve en el 79, cuando era el único alcalde socialista en la zona del nordeste y en la Diputación me llamaban 'rojillo'». Y es que Grajera es un pueblo que colecciona récords. Cuando su alcalde, Juan Manuel Barrio Águeda, se presentó por primera vez a las elecciones, en el año 1979, tenía 24 años y ahora presume de su condición de abuelo.

El PP no ha podido con él en estos 32 años, hasta el punto de que en los últimos tres mandatos -antes era concejo abierto- el PSOE ha conseguido un pleno de cinco concejales. Que en los tiempos que corren haya municipios que no deben ni un solo euro a los bancos y que, incluso, vayan a terminar el año con superávit es cuanto menos sorprendente. Pues es el caso del Ayuntamiento de Grajera, que con un presupuesto anual de 294.000 euros puede presumir de no haber solicitado nunca un préstamo y que está pensando ya en dónde invertir los aproximadamente treinta mil euros que sobrarán en las arcas municipales a 31 de diciembre. «Íbamos a gastarlos en algo, pero el teniente de alcalde me ha dicho que lo guardemos, porque lo mismo la Diputación nos da más obras porque otros pueblos no pueden hacerlas, y tenemos que aumentar la aportación», explica Barrio.

Un pueblo muy joven

Aquí va otro dato que resulta llamativo en la comunidad más envejecida de España. Con una población empadronada de 270 habitantes, es uno de los pueblos de Castilla y León con una media de edad más baja: casi la mitad de sus habitantes son menores de 30 años y no pasa un año sin que en el municipio se celebre una boda o un nacimiento.

Situada en el centro de la zona de entresierras y las cuencas de los ríos Riaza y Duratón, Grajera no ha sido ajena al pinchazo de la burbuja de la construcción, pero ha encontrado nuevos yacimientos de empleo en el sector servicios. En el centro de actividades de aventura se ofrece la posibilidad de realizar rutas en quads, a caballo y en piraguas por las Hoces del río Riaza, tiro con arco, 'paintball', bicicletas de montaña o, para los más pequeños, circuitos de miniquads y paseos en burro-taxi. El campo de golf y el supermercado han generado también empleo y han atraído hasta la localidad a parejas jóvenes con hijos pequeños.

Por eso el alcalde cree que no se le puede atribuir haber fidelizado el voto hacia el PSOE, «porque hemos pasado de 62 votantes a 114 y muchos han venido de fuera». El resultado que las urnas arrojaron en el municipio es un patrón de lo ocurrido en el resto del país. «Le dije a mi mujer nada más acabar el recuento que íbamos a ser un poco el baremo a nivel nacional, porque partidos que nunca habían salido, como IU y UPyD, han tenido algunos votos, hacia ellos se ha ido un 14%, pero la gente no ha querido votar a la derecha».

Cuando se le pregunta por el futuro del pueblo es rotundo: «No quiero 2.000 habitantes, pero sí me gustaría llegar a los 500 para que funcione bien el supermercado y tengamos parafarmacia, guardería y discoteca». Tras los resultados del 20-N «volvemos a sentirnos un poco aislados, confiesa, pero enseguida le quita hierro. «Soy seguidor del Atlético de Madrid, así que figúrate, nos llaman los sufridores, y en mi caso me hice socio cuando bajó a Segunda». Con este mismo espíritu, y junto a algunos jóvenes de la localidad, tiene pensado volver a crear la agrupación socialista en Grajera, «porque al carro ganador se sube cualquiera, pero es en los momentos difíciles cuando hay que sacar pecho».

«Hay que hacerlo bien»

César Maté es probablemente de los pocos munícipes de España, si no el único, que ha hecho oídos sordos a la campaña electoral. «Como ya intuía que iba a ganar el PP, ni la he seguido», afirma el alcalde de Cilleruelo de San Mamés, el otro pueblo segoviano con mayoría socialista en las urnas.

No le preocupa que su pueblo, de tan solo 41 habitantes, se haya convertido en uno de los reductos socialistas en la provincia, «porque no creo que vayamos a tener peor trato por parte de la Diputación y de la Junta, lo importante es seguir haciendo las cosas bien».