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FERNANDO CABALLERO
Lunes, 14 de noviembre 2011, 02:32
El historiador palentino Antonio Villacorta Baños, natural de Quintanilla de las Torres, se ha adentrado en su nuevo libro en la vida de Felipe II a través de sus mujeres, tanto de sus cuatro esposas -enviudó en cuatro ocasiones, aunque no volvió a casarse por quinta vez-, sobre las que se centra, como de sus amantes, que esboza al final. Licenciado en Psicología metido a historiador y a novelista, Villacorta ha encontrado un tema que le permite llegar hasta la figura del rey Felipe II, aunque antes había escrito una biografía de Isabel de Portugal, su madre; otra sobre Juana de Austria, su hermana; y otra más sobre don Sebastián, un sobrino. «Escribir sobre Felipe II, sobre cualquier aspecto de su vida, lo veía expedito y tenía muy allanado el terreno», asegura el historiador.
Además de toda la documentación que ha manejado para escribir sus anteriores biografías, el autor de 'Las cuatro esposas de Felipe II' ha consultados otras muchas fuentes. «La digitalización de las fuentes documentales en muchos archivos hace hoy día más fácil acceder a ellas, sin desplazamientos, basta con Internet. Pero yo ya tenía allanado el camino con mis biografías precedentes. Y conozco bastante bien las fuentes impresas y las obras de los cronistas de la época, obras, muchas de ellas, en mi propia biblioteca, que consta de más de 5.000 volúmenes», explica.
Características de las mujeres
El libro describe en detalle los matrimonios de Felipe II con María Manuel de Portugal; María Tudor, reina de Inglaterra; Isabel de Valois; y Ana de Austria. De ellas se analiza sus características personales, físicas, psicológicas, morales, sus ascendientes y descendientes, los motivos que decidieron la elección o las conveniencias dinásticas y patrimoniales, entre otros aspectos. Sobre la influencia de todas ellas en la política española, el historiador asegura que no puede decirse que la influencia de sus esposas alterara sus grandes decisiones políticas. «En el caso de María Tudor, reina de Inglaterra, podría afirmarse lo contrario. Felipe sí alteró con su influencia las decisiones políticas de la reina inglesa, y además condicionó su diplomacia exterior», asegura.
Antonio Villacorta explica que el primer matrimonio, con María Manuel de Portugal, «fue una unión entre adolescentes, muy breve en el tiempo, menos de dos años, del que nació, sin embargo, el infortunado príncipe don Carlos, y no puede afirmarse que tuviera gran incidencia en su vida».
El segundo matrimonio, el de María Tudor, tuvo una motivación política: «Reintegrar Inglaterra al seno del catolicismo, controlar a los franceses, debilitar el protestantismo alemán y consolidar la situación políticosocial de los Países Bajos. Es decir, una nueva base para fortalecer la política imperial, un nuevo proyecto histórico de sentido europeísta. Todos estos proyectos se malograron al no tener descendencia la pareja. María Tudor tenía once años más que Felipe, y cuando contrae matrimonio en 1554 tiene ya 38 años. La reina morirá cuatro años después, es decir, en 1558», relata el historiador palentino.
Conveniencia política
El tercer matrimonio, con Isabel de Valois, fue también de conveniencia política, ya que fue fruto de los acuerdos de paz firmados con Francia, la llamada paz de Cateau-Cambrésis. Este pacto lo que contemplaba era el matrimonio de la joven con el príncipe Carlos, hijo de Felipe II y de María Manuela, «pero ante la excesiva juventud de ambos y la conveniencia de una rápida reconciliación de los dos reinos, optará Felipe II por tomarla él mismo como esposa», asegura Villacorta Baños. De este tercer enlace nacieron dos hijas, Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela.
La falta de descendencia masculina le haría buscar un nuevo matrimonio. «Ahora la decisión era más personal, aunque tampoco sería ajena a los intereses políticos del reino, a las coordenadas geoestratégicas. La unidad de la dinastía Habsburgo estaba amenazada y las ramas austriaca y española en peligro de disgregación», asegura el historiador.
La elegida para su cuarto y último matrimonio fue Ana de Austria, que era su sobrina. Hubo que contar con la dispensa papal, al tratarse de familiares tan próximos, pero Pío V, que se había mostrado reacio a la autorización, finalmente la concedió. Con Ana de Austria, Felipe II tuvo cinco hijos, de los que solo el príncipe Felipe -futuro Felipe III- le sobrevivió. «Fue el matrimonio más largo de todos, y también el más equilibrado en la convivencia de ambos esposos. Felipe vivió con Ana de Austria una convivencia de madurez y una relación afectiva serena», según Villacorta.
Patrimonio territorial
Todos estos matrimonios sirvieron a la consolidación del reinado de Felipe II. «Este rey buscó en todo momento la solidez de su monarquía absoluta, y todos sus actos tenían la pretensión de reforzarla. El matrimonio podía ser un elemento al servicio de ese objetivo. Fortalecer su dinastía y consolidar, y si es posible extender, su patrimonio territorial, bajo una sola confesión de fe, la católica, serían los objetivos esenciales en todo su reinado», asegura el autor de 'las esposas de Felipe II'. El historiador califica a este personaje como «uno de los reyes de toda nuestra historia documentada más controvertidos, ya que ha sido ensalzado y denigrado hasta el fanatismo». «Con la anexión del reino portugués durante su reinado, marca también los momentos culminantes de nuestra hegemonía en el mundo, con nuestra cultura y civilización eligiendo el camino de muchos pueblos», explica.
El último libro de Villacorta se convierte más un intento de aproximación a la vida privada de unos personajes en el marco de la realidad histórica del siglo XVI que una búsqueda de datos inéditos sobre este periodo histórico, según sus palabras. Además de las cuatro esposas, Felipe II tuvo varias aventuras sentimentales, de las que se ofrecen esbozos. El historiador justifica estas reseñas porque «las bases históricas documentales para estudiar los amoríos de Felipe II son las referencias de los cronistas, muchas veces veladas, la correspondencia de diplomáticos y los escritos familiares, entre otras fuentes». «Lo más sólido y documentado de estos amoríos es su relación con Isabel Osorio, sobre lo que no cabe duda», apostilla.
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