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J. S.
Jueves, 3 de noviembre 2011, 01:16
El calor acumulado en el interior del laboratorio de prácticas de la Facultad de Químicas hizo que los cristales de las ventanas de la segunda planta saltaran por los aires ayer de madrugada. Las llamas y la humareda sacaron de la cama a más de un vecino del lateral del edificio que da a la calle Doctor Ochoa. El primer aviso se produjo a las 2:44 horas y para cuando llegó la primera dotación de los Bomberos, a la que se sumarían dos más, «comenzaron a escucharse las primeras explosiones».
El fuego estaba concentrado en los laboratorios de prácticas y de investigación de Química Orgánica. Las cuatro ventanas de esta dependencia habían saltado ya por los aires y cuando llegaron allí los efectivos del Servicio de Extinción la planta estaba «llena de humo». La acumulación de sustancias químicas favoreció las «pequeñas explosiones» que escucharon los vecinos y avivó las llamas. No fue complicado, sin embargo, sofocar las llamas «con agua pulverizada porque esos productos no provocan grandes reacciones con el contacto».
Los trabajos de extinción, pese a todo, se prolongaron durante casi dos horas y la última dotación abandonó el lugar a las 5:27. Atrás dejaron los dos laboratorios destrozados, sobre todo el de prácticas, y varios miles de euros por daños en el propio edificio debido a la rotura de una tubería y al propio agua empleado en la extinción, que se filtró a la planta inferior sobre los despachos y aulas de la escuela de Ingeniería Química Orgánica.
La actividad docente continuó
«Las averías son importantes porque, al margen de que los dos laboratorios están muy dañados, el agua estropeó ordenadores y material de la planta inferior», resume el vicerrector de Infraestructuras de la Universidad, Antonio Orduña. El portavoz de la UVA asegura que todos los indicios apuntan a un «incendio absolutamente accidental» provocado presumiblemente por «alguno de los aparatos del laboratorio que siempre están en funcionamiento». La Policía Nacional, de hecho, no encontró indicios que avalen otra hipótesis dado que los laboratorios, que comparten dependencia, «estaban cerrados y nadie había entrado allí desde el viernes».
El incendio no afectó, pese a todo, a la actividad docente y la Universidad busca ya un espacio para abrir un laboratorio provisional.
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