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L. SANCHO
Lunes, 24 de octubre 2011, 02:54
El periodo hábil para practicar la caza menor abrió ayer en la provincia de Segovia con la constatación de un hecho ya augurada durante la época de recolección de cultivos; las piezas de caza han mermado allí donde las cigüeñas han aumentado su número.
Distintos cotos de caza vienen denunciando desde hace tiempo ante la Junta de Castilla y León la existencia de una superpoblación de la 'ciconia, ciconia', comúnmente conocida como cigüeña blanca, que echa mano de polladas de especies cinegéticas como la perdiz, la codorniz y de gazapos de liebre y conejo para poder subsistir. «En cuanto ven movimiento, ahí van. Estás con una cosechadora o una empaquetadora y te puedes encontrar con cuarenta cigüeñas detrás de la máquina y según saltan las polladas no dejan ni una. Hay agricultores que han visto cómo se tragaban lebratos y conejos pequeños», relata el delegado de la Federación de Caza en Segovia y miembro del coto de Losana de Pirón, José Luis Gómez San Frutos .
La Federación es consciente de la situación. Se trata de un 'depredador oportunista' que en los últimos años ha proliferado de manera importante. Son animales que tienen que comer, y ahora depredan sobre la perdiz, el conejo y la liebre. Los cazadores culpan al «cierre de vertederos y de muladares» de una situación para la que exigen medidas, no solo en Segovia.
En otras provincias de la comunidad, como Valladolid, la Federación de Caza ya ha puesto en conocimiento de la Administración regional la situación para que, en su opinión, se elabore un plan de ordenación al respecto.
A juicio de estudiosos, el descenso de esta especie será a partir de ahora la tónica general hasta regresar al número que le permita subsistir con las posibilidades alimentarias que existen. Diego Arranz, experto en Avicultura, encuentra en el cambio climático la modificación de hábitos de un animal que tradicionalmente se alimentaba de roedores, peces e invertebrados en general. «El frío tradicionalmente hacía que mermara el alimento y marchaban al sur, pero ahora ya no se van y los recursos alimenticios son los que son, por eso volverá a quedarse en un número que le permita subsistir con las posibilidades que existen», reflexiona.
Ausencia de lluvias
La apertura de la veda, vigente hasta el último domingo del próximo mes de enero, arranca además este año con el inconveniente del factor climatológico, que ante la ausencia de lluvias ha afectado a especies como la perdiz y la liebre. La Federación de Caza recomendó hace unas semanas a los cerca de medio millar de cotos que hay en la provincia de Segovia un retraso en el comienzo de la caza hasta que cambie la meteorología.
El delegado provincial calcula que solo un 20% de los cotos han optado por retrasar unos días la apertura de la veda. «Lo que ocurre aquí es que ya hay muchos cotos que tienen establecidos cupos. En el mío, por ejemplo, hay un máximo de tres piezas, y en otros de cinco. El problema es donde no los hay, que se pueden llegar a hacer masacres. En general, no obstante, cada vez hay más concienciación entre los cazadores».
La temporada de caza menor incluye al zorro, conejo, liebre ibérica, liebre piornal, liebre europea, perdiz roja, codorniz, faisán, becada, tórtola común, paloma torcaz, paloma bravía, paloma zurita, estornino pinto, zorzal común, zorzal charlo, zorzal alirrojo, zorzal real, urraca, y corneja. Entre las especies acuáticas, se encuentran el ánsar común, ánade real, ánade friso, ánade silbón, pato cuchara, cerceta común, pato colorado, porrón común, porrón moñudo, focha común, avefría, agachadiza común y agachadiza chica.
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