Lamont Barnes se cruza en el camino morado

Mencionar a Lamont Barnes a orillas del Pisuerga produce temblores de un grado importante en la escala Richter. Y es que los problemas que ha generado el contrato del pívot americano y su despido del Blancos de Rueda en la segunda vuelta de la temporada pasada abrieron heridas que han cicatrizado muy recientemente. Su agencia de representación, U1st, recurrió al tribunal de la FIBA solicitando una cantidad cercana a los quinientos mil euros y el dichoso tribunal, el FAT, le dio la razón. De ahí vino el famoso laudo de la Federación Internacional que impedía que el club vallisoletano pudiera fichar jugadores procedentes de otras competiciones continentales. El tema se resolvió contra reloj tras el auto judicial que aplazó el primer partido del Blancos de Rueda en Zaragoza.

Por eso, tras la solución del conflicto -la agencia de representación cobrará la mitad de la supuesta deuda dentro del concurso de acreedores en el que está inmerso el club y se hizo con los derechos de Báez, que los tenía el club morado y que ahora han permitido al dominicano fichar por Fuenlabrada-, Lamont Barnes se vuelve a cruzar en la vida del que fuera su equipo. Él ha dicho que no se trata de un partido especial. Seguramente lo será más el de vuelta, donde la afición vallisoletana no le va a recibir precisamente con muy buena cara.

Buen papel

Aparte de las cuestiones extradeportivas que provocaron la salida del 'cinco' de la plantilla morada, con varios expedientes disciplinarios por el camino, nadie puede negar el nivel de juego de Barnes. En su algo más de temporada y media en Valladolid fue siempre un pilar en el juego interior. En Alicante, va por el mismo camino.

En las tres jornadas que se llevan disputadas de competición, el pívot del Lucentum ha sido el segundo jugador en valoración de la plantilla que dirige Txus Vidorreta. Promedia una valoración de 13,3, algo que solo supera de momento el mejor jugador alicantino, el alero americano Kyle Singler. Es el máximo reboteador del equipo y además el que más intimida con su capacidad de colocar tapones. Se ha convertido en la referencia del juego interior de los suyos y espera este domingo (12:30) la visita de los que fueran sus compañeros.