El juego del laberinto

Marco Temprano ha titulado 'Octubre' la exposición de 25 'collages' que cuelga en la galería Lorenzo Colomo. Son obras geométricas y orgánicas en las que mezcla recuerdos y memoria histórica con reflexiones personales sobre política, economía, juego y poesía visual. Es un laberinto que el artista vallisoletano ha resumido en una carpeta de cuatro grabados de pequeño formato representado por el minotauro mitológico, junto a la rosa del dinero, la estrella roja y el vendedor de sueños.

Además de madera, que también sirve de fondo, y papel, elemento imprescindible de toda su obra, el artista ha utilizado cerámica hecha con barro de tierras castellanas y ha añadido otros materiales, como capuchones de bolígrafos aplastados para crear las bolitas de un tablero. Los 'collages' tienen color, en ocasiones asalmonado, como las páginas de los suplementos económicos de algunos diarios, símbolo de la realidad actual que recuerdan unos fantoches entre los que no falta el embaucador. Así, Temprano busca, como siempre, sentido a lo que hace, aunque reconoce que al final quizá solo sea un juego, que se convierte en tragedia cuando recupera la memoria histórica de los nueve vecinos de Valdestillas que fueron fusilados en octubre de 1936. La fecha es el título de la obra, una ventana enrejada como la del lugar donde les encerraron antes de matarlos hasta que se hizo de noche. Es su forma de dejar constancia de lo ocurrido para que jamás vuelva a repetirse.

También recupera Temprano recuerdos de infancia a través de casas de un pueblo de montaña o paisajes de playa, invita al espectador a recorrer el tablero del juego de 25 y se enfrenta con el mundo desde una ventana abierta al universo interior y al exterior, porque es necesario mirar para salir del laberinto, aunque probablemente todo sea simplemente un sueño y la realidad surja al despertar.