Pablo Trillo-Figueroa: «Es lógico que los ciudadanos se pregunten para qué tanta institución»
Sostiene que las diputaciones y las delegaciones de la Junta son compatibles, aunque deben fijarse las competencias Pablo Trillo-Figueroa delegado territorial de la Junta de Castilla y León
MAR DOMÍNGUEZ
Jueves, 8 de septiembre 2011, 13:13
Licenciado en Derecho y miembro del Cuerpo Jurídico de la Armada, Pablo Trillo-Figueroa (Cartagena, 1960) acaba de ocupar el cargo de delegado de la Junta en Valladolid tras abandonar la vicepresidencia de la Agencia de Desarrollo (ADE). Experto en Administración -fue secretario general técnico del Ministerio de Administraciones Públicas (mayo 2000 a julio 2002) y director general para la Administración Local del Ministerio de Administraciones Públicas (julio 2002 a abril 2004), defiende la función de las diputaciones, pero, en línea con su partido, el PP, aboga una redefinición de competencias y una nueva ley de financiación local.
-No lleva ni dos meses en el cargo y ya ha mantenido reuniones con buena parte de los alcaldes de la provincia. ¿Qué le piden?
-Teniendo en cuenta que es la Administración más cercana a los pequeños pueblos, lo que les interesa es que les arreglemos los problemas que tienen con estructuras de saneamiento de aguas, iglesias y travesías de carreteras. En los municipios más grandes lo que preocupa son las iniciativas industriales y empresariales.
-En la provincia hay infraestructura creada para la instalación de empresas en polígonos industriales, ¿resulta complicado lanzar proyectos, aunque sean de autoempleo?
-Es complicado por la situación actual de crisis, pero no debería ser así por las características de la provincia. Valladolid está muy bien comunicada con Madrid, es una provincia emprendedora y tiene grandes potenciales por su situación geográfica, además de su tradición en automoción. También hubo un gran acierto que fue el parque tecnológico de Boecillo y dispone, como toda la comunidad, de suelo. Además, se une un clima social tranquilo y eso es un incentivo para los inversores.
-Está abierto ya el proceso de reordenación del territorio, que conlleva la redefinición de las competencias de la Diputación. ¿Se solapan estas con las de la Delegación Territorial de la Junta?
-En absoluto. Creo que es lógico que el ciudadano se pregunte para qué tantas administraciones, pero el Estado de las Autonomías, aunque sea muy criticado, tiene más claros que oscuros. Tuve la oportunidad de ser director general de Administración Local del Estado y ejecutar una reforma a fondo que se hizo por consenso. Ahora es necesaria otra reforma para generar los servicios imprescindibles para los municipios pequeños. No puede ser que en España existan ciudadanos de primera y de segunda. Por ello, existe una primera función que es del Estado de clarificación de las diputaciones y debe ser a través de un pacto. A partir de ahí se verán sus competencias. Hay que definir la financiación de los servicios y en el Estado de las Autonomías hay que dar a las diputaciones un sentido que tiene que pasar por una no duplicación de competencias con la autonomía.
-Y en ese contexto, ¿son necesarias las delegaciones territoriales?
- Son totalmente necesarias . Debe existir la figura prestadora de servicios en todas las provincias y no en contraposición con las diputaciones. En Castilla y León debemos elaborar una ley de gobernanza y servicios y ver cómo podemos mejorar el papel de las diputaciones para adaptarlas a las necesidades de Castilla y León, ir a sistemas de colaboración entre municipios y fijar fórmulas a través de mancomunidades o agrupaciones voluntarias de municipios que complementen los servicios a los ciudadanos. Debemos conseguir ahorro y llegar a todos los ciudadanos con el menor coste posible.
-¿Un ejemplo de esa racionalización de los servicios puede ser el transporte a la demanda? ¿Ese sistema sería aplicable a la sanidad o la educación?
-Ese es un modelo bueno y que nos van a copiar otros países. Lo que es importante es que en esta nueva política territorial se debe buscar el consenso y las diputaciones deben participar en ese estudio, los ayuntamientos deben participar con independencia del signo político y dejarnos de falsos localismos.
-¿Es que esa agrupación de municipios puede llegar a herir sensibilidades por posibles pérdidas de identidad?
-Sí, pero esos son problemas artificiales y debemos ser más realistas. Hay ya idea de comunidad y se ha hecho un gran esfuerzo en eso. Yo lo percibo. A Valladolid se la castiga por centralismo, pero si hay una desgracia o una alegría en Burgos o León, uno lo siente como propio.
-La nueva Ley de Financiación parece obligatoria en este nuevo mapa territorial. El PP propone que los ayuntamientos ahorren, pero ni siquiera tienen para afrontar los gastos corrientes.
-Es de sentido común que no se puede gastar más de lo que se tiene y la política derrochadora del PSOE en los tiempos actuales ha sido una barbaridad. El sistema de financiación que propondrá el PP tiene que tener claridad, solvencia y responsabilidad para que un error no repercuta en los ciudadanos.
-La reordenación del territorio es un proyecto del Gobierno de Herrera, aunque reabierto por Rubalcaba en la precampaña. También en este ambiente preelectoral el alcalde de Valladolid planteó en el último comité ejecutivo del PP que los parlamentarios dieran explicaciones de su gestión. ¿Comparte esta petición?
-Me parece que la propuesta del alcalde es de lo más acertada. Los diputados y los senadores representan a unas siglas y no pueden abusar de ellas ni decir que aquí está todo hecho porque ya han llegado a un escaño. Es cierto que algunas veces hay militantes que dicen ¡oye, es que no os vemos más que en campaña! Por tanto, no me parece mal que toda la actividad pública se comunique y que los ciudadanos valoren la acción porque los políticos estamos ahora desprestigiados y nos lo tenemos ganado.
-Sabe también que en precampaña empiezan las quinielas y ya suena su nombre para ocupar un cargo en Madrid si Rajoy gana las elecciones generales.
-Yo estoy a disposición del presidente Herrera. A mí, personal, familiar y profesionalmente me gustaría seguir ocupando este cargo en Valladolid. Pero estoy a disposición del presidente y si considera que debo irme a Madrid, para mí sería un sacrificio.
-¿Esta primera toma de contacto con la provincia le ha permitido establecer ya algún proyecto prioritario?
-Sí. Cuando voy a cualquier reunión llevo dos carpetas. Una que llamo Ayuntamiento y otra, Varios. Voy a los municipios y tomo nota: iglesia, guardería... Mi idea es ir a todos los pueblos, ver las necesidades y luego presentarme en las consejerías para apretar. Es difícil porque hay nueve provincias, pero mi trabajo es presionar en favor de los ayuntamientos.
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