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ECONOMÍA

Caja España-Duero acuerda fusionarse con Unicaja

Con 80.000 millones en activos, la futura institución financiera será la tercera de mayor tamaño del sector La entidad castellana y leonesa tendrá una cuota de poder del 30% en el banco que creará junto con la malagueña

Á. BLANCO

Miércoles, 7 de septiembre 2011, 22:40

Caja España-Duero y Unicaja llegaron en la tarde de ayer a un principio de acuerdo para sellar su fusión. Tras meses de negociaciones y dudas durante los que el presidente de la entidad castellana y leonesa nunca descartó -al menos en público- la posibilidad de seguir adelante en solitario, el factor tamaño terminó por imponerse. Con el sector bancario en el ojo del huracán bursátil y el Banco de España dispuesto a todo para que el sistema financiero no empeore la crisis, Caja España-Duero y Unicaja cerraron el culebrón 24 días antes de que cumpliera el plazo de que disponían. El reparto de poder será finalmente del 70% para la entidad andaluza y el 30% para la castellana y leonesa. No es el 63%-37% con el que se iniciaron las conversaciones, pero tampoco el 75%-25% que pretendió imponer el presidente de Unicaja, Braulio Medel, después de que se conocieran los resultados de las pruebas de resistencia efectuadas a las entidades europeas. Las dos cajas celebrarán en la tarde de hoy sendos consejos de administración para dar el visto bueno a la unión.

La nueva entidad sumará cerca de 80.000 millones de euros de activos y más de 9.000 empleados y será la tercera de mayor tamaño del sector, solo por detrás de Bankia y La Caixa. El contrato de integración que aprobarán los consejos de ambas entidades deberá recoger la composición de los órganos de gobierno de la nueva entidad así como sus normas de funcionamiento. No obstante, el protocolo inicial establecía que el presidente de Unicaja, Braulio Medel, ostentará la condición de presidente ejecutivo del futuro banco y será su primer directivo, mientras que el actual presidente de Caja España-Duero, Evaristo del Canto, ostentará la condición de vicepresidente ejecutivo del banco y consejero delegado.

Una vez que los consejos den hoy su bendición -el de Málaga está convocado a las siete y el de León, a las cinco y media-, solo falta un paso para hacer realidad la fusión: el visto bueno de las asambleas generales. Un trámite que deberá realizarse antes del 30 de septiembre, tal como ha ordenado el Banco de España. La fecha de dichas reuniones se decidirá hoy.

El objetivo que ambas cajas plasmaron en su protocolo de intenciones es que la nueva entidad empiece a operar el día 1 de enero de 2012, aunque esta fecha podría retrasarse, ya que ahora queda por delante un complejo trabajo técnico para conseguir que ambas instituciones sigan el mismo modelo de gestión y operen de forma conjunta. Por no mencionar la negociación de las consecuencias laborales de la fusión, que aún no se ha abordado.

Sucursales en toda España

Diversas fuentes señalaron que la firmeza del organismo que gobierna Miguel Ángel Ordóñez en el sentido de exigir la fusión fue tal que el propio Banco de España se encargó de imponer el porcentaje de reparto de poder. Caja España-Duero trató hasta el último momento de hacer valer su mayor tamaño, pero la alternativa que tenía delante si rechazaba la fusión -recurrir al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para conseguir los 463 millones que apuntalaran su solvencia y contar desde entonces con presencia de consejeros nombrados por el supervisor- terminó por cerrar la puerta al 'plan B'.

No obstante, fuentes de la caja castellana y leonesa consideran satisfactoria la distribución 30%-70% dada la fuerte presión de los negociadores andaluces para intentar reducir aún más la participación de Caja España-Duero hasta el 25%.

El nuevo grupo tendrá su sede social en Málaga, aunque se mantendrán servicios operativos centrales del grupo que se corresponderán con las sedes operativas actuales de ambas cajas -Málaga, Ronda, León y Salamanca-, así como en Madrid. Por su parte, la corporación industrial tendrá su sede en Salamanca.

Con la integración de Caja España-Duero y Unicaja, la nueva entidad verá la luz con 1.784 oficinas, de las que 849 pertenecen a la caja castellana y leonesa y 935 a la andaluza, según los últimos datos disponibles. No obstante, la red será a buen seguro sometida a revisión. Tendrá presencia en todas las comunidades autónomas, excepto Canarias, así como con 15 sucursales en el exterior: once en Portugal (todas ellas aportadas por Caja España-Duero), y una en Fráncfort, Bruselas, Londres y la ciudad marroquí de Casablanca. Por lo que respecta al número de trabajadores de la nueva entidad, a los 4.700 empleados de la entidad castellana y leonesa (2.201 de Caja Duero y 2.500 procedentes de Caja España), se unirán otros 4.700 de Unicaja, lo que totalizará en torno a 9.200 personas.

Dos obras sociales

Ambas entidades destacaron al iniciar sus negociaciones que la unión presentaba «una notable complementariedad, sinergias y diversificación en el negocio, un liderazgo en sus respectivas regiones de origen, así como una sólida posición de recursos propios de partida».

Este mismo lunes, la asamblea general de Caja España-Duero aprobó la creación de un nuevo banco, al que segregará los activos financieros de la entidad. Unicaja ya lo había hecho en junio pasado. Serán ambos los que se fusionen. Las dos cajas seguirán gestionando sus obras sociales respectivas, que se nutrirán de los beneficios generados por la actividad financiera del banco.

El valor neto contable del nuevo banco de Caja España-Duero quedó fijado en 1.515 millones y su capital inicial será de 889 millones, dividido en otras tantas acciones. Unicaja Banco nació con un capital de 800 millones y una aportación adicional sobre el valor nominal de las acciones de 1.793 millones.

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