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M. SÁIZ-PARDO
Martes, 26 de julio 2011, 02:50
Antonio Camacho no va a disfrutar de los supuestos 'cien días de gracia' que se le conceden a un político cuando llega a un nuevo cargo. El Partido Popular no quiere dar descanso en el Congreso de los Diputados al nuevo ministro del Interior y al que pretenden asaetear con el chivatazo a ETA como principal argumento, aunque no solo.
Según responsables del partido, las órdenes son explotar el talón de Aquiles del nuevo titular de Interior, que no es otro que el hecho de que Camacho era el superior directo del principal imputado del soplo al aparato de extorsión de la banda en mayo de 2006, el entonces director general de la Policía Víctor García Hidalgo.
La salida de Alfredo Pérez Rubalcaba no va a hacer cambiar la estrategia parlamentaria sobre el caso Faisán, con continuas peticiones de explicaciones en la cámara baja. Más bien al contrario. El PP quiere reforzarla, ya que entienden que la conexión de Camacho con el soplo es mucho más directa que la de su antecesor.
Por lo pronto, el responsable de Interior 'popular' en el Congreso, Ignacio Cosidó, uno de los diputados de la oposición más beligerantes a cuenta del chivatazo, pidió este lunes la comparecencia urgente esta misma semana de Camacho para explicar en la comisión del ramo las líneas generales de su departamento. El propio Cosidó no ocultó que entre «los muchos asuntos pendientes» de los que quiere explicación está en primer lugar el 'caso Faisán', seguido de la situación de los ayuntamientos vascos y navarros gobernados por Bildu, «el repunte de la inseguridad ciudadana» o «el aumento de la presión migratoria». El grupo popular en el Congreso se ha fijado un listón muy alto con Camacho : quiere que responda a las cien preguntas orales y las 60 comparecencias que ha dejado pendientes Alfredo Pérez Rubalcaba, buena parte de las cuales se refieren al chivatazo. Un caso que el PP quiere amortizar, sobre todo tras la reciente decisión del instructor Pablo Ruz de procesar a García Hidalgo y a dos mandos policiales por el soplo a los terroristas.
Ignacio Cosidó se quejó hoy de que Rubalcaba ha sido «el ministro más opaco de la democracia» porque «no se ha dignado» en toda la legislatura a contestar una sola de la preguntas orales que se le han presentado en la Comisión de Interior y tampoco ha comparecido en esa comisión para informar sobre un tema que no fuera a petición propia».
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