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Los participantes en la manifestación escuchan el comunicado contra el Pacto del Euro, que se firmará el próximo mes de julio. :: ANTONIO QUINTERO
Los 'indignados' baten su récord de participación en las calles de la ciudad
VALLADOLID

Los 'indignados' baten su récord de participación en las calles de la ciudad

La banca y los políticos fueron el blanco de las consignas de miles de ciudadanos

J. ASUA

Lunes, 20 de junio 2011, 22:26

Muy buena entrada para una ciudad no muy dada a la protesta. Discreto dispositivo de vigilancia policial. Ambiente pacífico de fiesta reivindicativa y nuevo toque de atención a la clase política por su «pasividad». Miles de personas tomaron ayer la calles de Valladolid en una manifestación récord dentro de las tres organizadas por el movimiento 15-M en la capital, donde se reclamó al Gobierno que no suscriba el Pacto del Euro por los importantes ajustes presupuestarios que conllevará, y en la que se volvió a exigir a los poderes públicos una democracia participativa «que no secuestre la voluntad de los ciudadanos» y solo la libere cada cuatro años.

Entre cinco mil y diez mil personas, según las fuentes consultadas (Policía Municipal y organización) partieron de Colón a las 19:00 horas en un desfile a ritmo de la percusión de la batukada y con una muestra de ciudadanos muy heterogénea.

Muchísimos jóvenes, familias con niños, cuarentones hastiados, veteranos mosqueados y una pequeñísima representación del clásico 'perroflauta' (algunos los prefieren a los banqueros)... unieron fuerzas en un desfile en el que los dardos, en forma de consigna, tenían unos claros destinatarios. '¡Por qué manda el mercado, si yo no le he votado!', '¡obrero desahuciado, banquero rescatado!', '¡a ti que estás mirando, también te están robando!' o '¡que no, que no, que no nos representan!' fueron algunos de los gritos de esta marcha que tuvo tres momentos clave: la ruidosa pitada ante la sede del Banco de España, frente a la plaza del mismo nombre; una sentada a las puertas de la sede del BBVA de Duque de la Victoria, que fue definida por los manifestantes como «la cueva de Alí Babá»; y la lectura del manifiesto en la Plaza Mayor.

La riada humana fue considerable. Cuando la cabecera de la manifestación salía de Plaza de España, aún había gente en Colón. «Estamos demostrando que cada día somos más y que no tenemos nada que ver con la violencia», destacaban los portavoces del Movimiento 15-M. En las pancartas se podía leer un poco de todo. Desde el 'Manos arriba, esto es un contrato' hasta el 'Cuando los de abajo se mueven, los de arriba se tambalean' pasando por el 'Pienso, luego estorbo'. Ya en la Plaza Mayor se decisió una sentada para proceder a la lectura del manifiesto. Antes y para dar respuesta al alcalde de Valladolid, quien dijo conocer al 80% de los que acampan en Fuente Dorada, los portavoces fueron llamando por el micrófono a diferentes participantes, que mostraron unos enormes DNI con unos nombres en los que se jugaba con los males que acucian a la matrecha España.

Amparo Patodos

Ahí estaban Mercedes Haucio Inminente, Amparo Patodos, Pancho Rizo Político, Felipe Lotazo Urbanístico, Paco Rupción Masiva o María Recortes Sociales. Los más jóvenes también agitaron sus llaveros en alto para recordar que esas eran las de la casa de sus padres, porque a ellos lo de independizarse les va a costar un triunfo.

Un hombre y una mujer de mediana edad fueron los encargados de leer el manifiesto en el que abogaron por las fórmulas de las tres 'pes' -pueblo, plaza y palabra- y la de las 'uves' -valor, voluntad y valentía- para continuar una lucha ciudadana que les despoje de su condición de «marionetas del poder político y económico». Además, reclamaron la necesidad de aislar posibles grupos violentos de este movimiento para «no se enturbie un buen fin».

A los responsables públicos les exigieron que «no vendan a los ciudadanos por cuatro duros»; a los periodistas, que «no cedan a las presiones ideológicas de sus grupos de comunicación» y a los policías, que denuncien los métodos represivos que no compartan con sus mandos. «Este movimiento ya no lo para nadie», concluía el comunicado al que siguió una proyección de vídeos sobre el 15-M y el origen de este movimiento social que está incomodando más de lo esperado a los partidos políticos.

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