En un buen momento

«El pueblo está en un buen momento. A lo mejor está mal que yo lo diga, pero creo que hemos hecho los deberes y así lo han ratificado los vecinos, que nos han vuelto a conceder una mayoría amplísima y cuatro años más de gestión».

Julio Pérez lleva dieciséis años al frente del Ayuntamiento de Villeguillo, un pequeño pueblo de 19o habitantes situado muy cerca a la raya de la provincia de Valladolid. Pérez está orgulloso de sus vecinos y de la gestión que ha desarrollado desde la Alcaldía. «Tenemos todo al día: el pavimento, el alumbrado público, las infraestructuras. De verdad, creo que el pueblo está en un buen momento».

Y así llegan, un año más, las celebraciones con motivo de la festividad de San Antonio de Padua, patrón de esta localidad segoviana. «Estamos deseando que empiecen las fiestas. Además, todo apunta a que hará buen tiempo, y éste es un factor determinante para el desarrollo de los festejos. Estos días ha hecho un tiempo desapacible, impropio del mes de junio, pero parece que todo se arreglará para que podamos disfrutar del programa de celebraciones que hemos preparado».

El Ayuntamiento de Villeguillo pone toda la carne en el asador para el buen desarrollo de las fiestas. Pero la colaboración de los distintos grupos vecinales es básica. Los vecinos ayudan a planificar los distintos actos, enfocados y orientados a la población de todas las edades. Los jóvenes, como no podía ser de otra manera, son los más participativos. Su dinamismo es esencial para que todo salga según lo previsto.

Julio Pérez espera y desea de que estos días sirvan para que los habitantes estrechen lazos y profundicen en su convivencia. La satisfacción con el programa elaborado es el mejor de los regalos. «Contamos con actividades muy variadas. Yo destacaría el Almuerzo del Santo, que organiza el Ayuntamiento a base de huevos y chorizo; o la gran paellada popular, sin olvidarnos de la actuación musical que este año protagonizará Anahit. Será esta noche, a partir de la una de la madrugada, aproximadamente».

El toro de fuego es otro de los momentos más esperados. Su salida suele anunciarse con el disparo previo de tres cohetes, y las calles se llenan de público. La fiesta de la espuma, el parque infantil y los fuegos artificiales completan las actividades. La diversión está asegurada.

La novedad de este año reside en la organización de las actividades lúdicas, deportivas y culturales que las madres y los padres de los niños de la localidad han asumido por completo. Además, habrá actuaciones de bailes regionales protagonizados por los niños del entorno, pertenecientes a la Academia Claudine. Unos días, pues, para vivirlos a tope y entregarse.