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FERNANDO CABALLERO
Lunes, 6 de junio 2011, 02:46
Enrique Badosa (Barcelona, 1927) vio publicada el año pasado su obra poética completa en 'Trivium' (Editorial Funambulista). Además de poeta, es traductor de literatura clásica y catalana. Tiene un gran sentido del humor, que refleja en sus poemas epigramáticos. Él mismo leerá mañana una selección de su obra en el marco de las Jornadas de Poesía que organiza El Norte de Castilla con el patrocinio del Ayuntamiento de Palencia. Tras Antonio Colinas y Clara Janés, Badosa cierra el ciclo en la Fundación Juan Manuel Díaz-Caneja.
-¿La edición de la recopilación de la obra completa cambia la visión que tiene el poeta de su obra?
-El libro 'Trivium' tiene 1.130 páginas, pero al margen de las correcciones y de las galeradas, no lo he leído, no me he enfrentado a él con el intento de una visión objetiva, que por otra parte es imposible. Uno sigue lentamente la obra a medida que la va produciendo. Lo que sí ocurre es que sorprende. Yo he sido, calidad aparte, si es que la hay, demasiado prolífico, y claro, cuando veo este volumen, me asusto.
-¿Por qué ha sido tan prolífico? ¿Ha tenido mucho que decir?
-Yo he trabajado mucho en prensa, en editorial, en crítica y en poesía, pero no he escrito poemas porque sí. He escrito cuando no había más necesidad que hacerlo, y entonces el poema ha salido..., o no ha salido. He procurado eludir también los compromisos de tener que escribir porque alguien te lo pide.
-¿Y cuándo tiene usted necesidad de escribir?
-No lo sé. Lo mismo puedo pasar tiempo sin escribir que de pronto escribo, como en mi libro 'Mapa de Grecia', de 105 poemas, que lo escribí en nueve meses, o como en mi libro satírico-epigramático, 'Epigramas de la gaya ciencia', que lo escribí durante un verano caminando por la playa. Es muy misterioso todo esto. Desde luego, de burocrático no tiene nada. De pronto uno se ve invadido por lo que a mí me da vergüenza llamar 'la musa o la inspiración', o lo que los franceses llamaban 'la visitadora'. Te encuentras escribiendo. El verso final de un poema mío dice: «Yo no escribo el poema, el poema me escribe», en el sentido de hacerse, de que es él el que se dirige a mí.
-Cuando tiene que hacer una selección para recitar en público, como ocurrirá en Palencia, ¿qué poemas suele elegir?
-Mi obra completa se titula 'Trivium', porque hay tres vías, por lo menos desde un punto de vista externo: la lírica, la poesía de viajes y la epigramática. Voy a hacer una pequeña selección de las tres vías, porque hay que respetar a las tres. La lírica comprende lo amoroso, lo religioso y lo existencial, es decir, toda la vida interior, no solamente del que escribe, sino de los demás seres humanos. La poesía de viajes, que es una medida de autoconocimiento, aborda no ya la poesía descriptiva de Grecia, de América o de otros países, sino la reacción lírica y humanística que me producen a mí esos países. Por último, la poesía crítico-satírica es un modo de enfrentarme con los demás, con los vicios y costumbres de la gente de mi época, que también es una forma de poesía lírica o interior.
-Un poeta traductor ¿qué aporta al texto traducido?
-He podido aportar un mayor conocimiento de esta gran poesía que es la catalana, desde la Edad Media hasta ahora, con autores como Ausiàs March y Ramón Llull, entre los antiguos, y Foix y Espriu, entre los modernos. Las traducciones justifican en cierto modo que, siendo catalán, aunque de formación bilingüe, haya podido colaborar a la difusión de su poesía. También he publicado en un solo volumen toda la lírica de Horacio, 'Epodos y odas', en versión bilingüe también.
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