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FERNANDO CABALLERO
Viernes, 3 de junio 2011, 02:22
'Diversidad y evolución' es el título de la exposición de José María Paniagua en la nueva sala de la Fundación Isabel Frontela, que se inauguró en Palencia con una muestra de Capel y Marian López. Paniagua presenta una amplia colección de obras que le permite la distribución de esta hermosa galería, realizadas en diferentes épocas, con diversidad de materiales y en distintos estilos. De ahí el acierto del título.
La exposición arranca con los óleos que han marcado el estilo más conocido de este pintor nacido en Becerril de Campos y que reside en Palencia. Son paisajes de otoño, vendimiadores, Puentecillas En estos cuadros, Paniagua emplea una técnica con mucho empaste, una pincelada fuerte y un tratamiento exquisito de la luz natural y del color. Son obras de perfil artístico impresionista y de una factura sólida, en la que la naturaleza, urbana y rural, se presenta con gran riqueza cromática mediante los matices que infiere a sus cuadros.
A partir de esta serie, la exposición de Panigua se adentra en lenguajes y técnicas menos conocidas, como las tintas, en las que representa frutas -naranjas, limones, manzanas y peras-, flores o composiciones abstractas. Estas piezas adquieren otra dimensión completamente diferente. Están estructuradas en torno a gruesas pinceladas negras que marcan los límites de la figura, pero ejecutadas con una acertada soltura, a base de ramalazos expresionistas.
La acuarela es una técnica también conocida en este pintor. Aquí aparece representada por una amplia selección que temáticamente incluye paisajes y espacios acuiferos de interior, las lagunas de Campos en concreto. El dominio del color se hace patente a través de una riquísima paleta, que tiene sus piedras angulares en los tonos grises, apagados y marrones: colores de tormenta, de atmósferas abruptas, de paisajes nevados. La aplicación de la luz adquiere aquí momentos brillantes, que evidencian el gran conocimiento que tiene Paniagua de la naturaleza que retrata y de los recursos técnicos que emplea para plasmarla en acuarelas de textura suave, liviana y realmente hermosa.
La exposición avanza hacia lo más actual del pintor, con un escala en cuatro cuadros realizados en tintas que constituyen un homenaje a Juan Manuel Díaz-Caneja, con sus espacios abiertos, sus planos pequeños y sus colores ocres como principales referentes.
Y lo más moderno de Paniagua son composiciones de una clara tendencia abstracta y geométrica, elaboradas con lápices de colores carbono y realizadas a través de pequeñas superficies de corte vertical.
Esta exposición constituye un paso más en la trayectoria de este pintor, pero un paso importante y decidido para valorarle en un contexto artístico más amplio, no ya solo como el buen paisajista de óleos que ha demostrado que es, sino como un creador plural y que resuelve esta diversidad con oficio, pero también con la pasión que todo gran artista infiere a su producción.
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