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Blanco y Hernández posan en el tractor. :: EL NORTE
El Ministerio premia a una empresa salmantina dedicada al aceite de oliva
CASTILLA Y LEÓN

El Ministerio premia a una empresa salmantina dedicada al aceite de oliva

María Hernández y Jesús Ángel Blanco exportan sus producto a Japón y esperan llegar a Alemania y EE UU

ELENA R. COSTILLA

Domingo, 29 de mayo 2011, 03:54

Que dos jóvenes decidan abandonar sus trabajos en empresas privadas, se trasladen a un pequeño pueblo de la sierra salmantina, en el que apenas viven dos centenares de personas y al que no les unen raíces familiares, y apuesten por recuperar los campos de labranza abandonados para obtener productos de calidad, podría sonar a utopía. Y quizá hasta hace unos años lo fuera. Hoy ha dejado de ser un sueño. Esta realidad se llama María Hernández y Jesús Ángel Blanco, juntos le han dado vida a Soleae, una empresa que produce aceite de oliva virgen extra en el Parque Nacional de las Batuecas (Salamanca). Estos dos jóvenes -de 26 y 30 años- se encargan de todo el proceso productivo, desde la poda y recolección de los olivos, a la molturación y distribución al consumidor.

Cuando María y Jesús escuchan que son un ejemplo para muchos jóvenes, se ríen -tímidos- y aseguran que «están haciendo su camino», que es complicado y que «si se lo hubieran pesando más antes» quizá no se habrían decidido. Pero lo hicieron, y hoy tienen una empresa que ha sido reconocida por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino con el Premio Alimentos de España al Joven Empresariado, que recibirán en los próximos meses. Su objetivo, explica María, es que Soleae sirva para «dignificar la agricultura y que los productos del campo tengan el valor que merecen».

Cuando decidieron dejar sus trabajos, irse a vivir a Herguijuela de la Sierra -en el Parque Natural de Las Batuecas-, comprar las primeras hectáreas de olivos centenarios casi abandonados y montar una empresa de aceite de oliva de alta calidad, los mayores de la zona dudaron de la cordura de estos jóvenes. No comprendían que la producción de aceite que los agricultores habían abandonado por su escasa rentabilidad pudiese ser un negocio; han bastado apenas tres años para comprobar que no estaban locos y que había mucha visión de futuro en la idea de recuperar la tradición de la comarca y producir aceite de oliva de alta calidad. Tienen claro que en la sierra salmantina «solo se puede producir mucha calidad y no cantidad» porque los olivos están dispersos y en zonas escarpadas que hacen imposible la mecanización de la producción.

María y Jesús son los únicos trabajadores fijos de Soleae, pero para la recolección contratan mucha mano de obra que les ayuda a recoger a mano las aceitunas, lo hacen cuando están en envero (cambian su color de verde a negro, pasando por rojo intenso) porque es el momento en el que se obtiene el mejor zumo, aunque no la mayor cantidad. Las transportan en cajas de 20 kilos para que se conserven en perfectas condiciones hasta llegar a la almazara, donde se molturan el mismo día de la recogida. Todo está pensado para cuidar las aceitunas y que de ellas salga el mejor aceite.

El aceite de Soleae proviene de dos variedades autóctonas, la manzanilla cacereña y la ocal, ambas -explica Jesús- son minoritarias, «solo se dan en el sur de Salamanca, norte de Cáceres y un poco en el sur de Ávila» y ofrecen aceites «muy especiales».

La manzanilla es apta para consumo de mesa y tiene un rendimiento graso bastante bajo. Producir su aceite «cuesta muy caro, pero es muy valioso, es el que tiene más ácido oleico del mercado y tiene una carga de polifenoles muy alta» (los polifenoles tienen capacidad antioxidante con potenciales beneficios para la salud), cuentan.

Los olivos de variedad ocal dan más cantidad de aceituna, su aceite es «un poco más suave al paladar», con menos polifenoles y ácido oleico.

Soleae comercializa dos tipos de aceite de oliva virgen extra, cien por cien manzanilla cacereña -del que han producido 2.000 litros en la cosecha 2010- y un producto único y exclusivo que ellos han denominado Coupage y que mezcla las dos variedades -800 litros-.

Su aceite ya está en restaurantes y tiendas especializadas de Castilla y León, Cataluña o Cantabria, incluso han conseguido llevar Soleae hasta uno de los países que no produce aceite, pero sí es de los que mejor conoce y ha estudiado sus beneficios, Japón. Ahora su aventura es llegar hasta Alemania, Estados Unidos y el Reino Unido, y para ello han puesto también en marcha su página web www.soleae.es con la intención de «poder vender gran parte» de su producción directamente al consumidor a través de esta vía y cumplir uno de los sueños sobre los que se asienta su proyecto: cerrar el círculo, desde el cultivo a la venta.

Por cierto, que Soleae surge de la unión entre la S de Salamanca y la palabra latina para aceite, oleae, en ella, dice María, se aglutina «la sierra, los olivos y el aceite».

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