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FERNANDO CABALLERO
Viernes, 27 de mayo 2011, 02:20
Si se hubiera celebrado el centenario del nacimiento del pintor palentino Germán Calvo, hoy habrían concluido los eventos organizados. Porque hoy, 27 de mayo, hace 101 años que nació este artista en el número 38 de la calle Los Pastores. Como las celebraciones centenarias duran justo un año es por lo que hoy hubieran concluido. Sin embargo, nada se organizó para conmemorar el centenario del nacimiento de este pintor de estética academicista, que fue un virtuoso del dibujo, por utilizar un término musical, y un maestro de pintores. La obra de Germán Calvo ha perdido vigencia, pero la ciudad de Palencia no puede olvidarle. Una calle le recuerda y su obra está repartida en instituciones y edificios, motivos suficientes para que su memoria perdure para que sea más conocido y que su obra sea también más reconocida.
A Germán Calvo le vino el arte de familia. Su padre fue un experimentado modelador-vaciador, que trabajó como maestro de piedra artificial y decorador con el arquitecto Jerónimo Arroyo para algunos de sus más importantes edificios, aunque terminó su vida laboral como maestro de vaciado en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos. Alumno de Dibujo Lineal y Artístico de esta escuela, el joven Germán fue fraguando su formación artística, de la que no fue ajeno el 'San Sebastián', del Greco, de la catedral.
Las cualidades de Germán Calvo fueron descubiertas por el director de la escuela, José Bellver Delmás, y por otro profesor, Alfonso Alejandro Prádanos, quienes aconsejaron a su padre, que se llamaba igual, que el chaval ampliara su formación en Madrid. Allí llegó en 1923, para estudiar en el Museo de Reproducciones Artísticas, aunque luego ingresó, con 15 años, en la Escuela Superior de Bellas Artes. Su carrera artística se encontraba ya encarrilada. Y empezaron a llegar los premios y las becas. Durante tres años de finales de los años veinte residió en Paris, entonces en pleno proceso de creación de los movimientos modernos en el arte, con una beca de la Diputación de Palencia. De París marchó a Roma en 1930 y 1931, donde se empapó de los maestros del Quatroccento.
De vuelta España, inicia su preparación para convertirse en profesor de Dibujo, lo que consiguió el 15 de febrero de 1933, con un título expedido por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Ejerció la docencia en varias ciudades, aunque se jubiló en 1980 en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. Después de la Guerra Civil pasó unos años en Palencia, donde, además de pintar, enseñó en diversos centros, hasta que se instaló en la capital española. Allí falleció en 1995. Dos años antes, la ciudad le rindió un homenaje con una gran exposición antológica con treinta obras de su producción. En 1994 cedió varios cuadros al Ayuntamiento. También fue académico de l Institución Tello Téllez de Meneses desde 1949.
Cuadros y murales
Las instituciones palentinas poseen importantes obras de Germán Calvo. Hay que citar también el mural de la capilla del cementerio dedicado al juicio final. La oficina de Caja España y Duero de la calle Mayor posee otro gran mural, que ahora se puede contemplar mejor tras la reforma de las instalaciones de la Calle Mayor.
Los palentinos disponen, pues, de un buen material para valorar a este pintor, que merece una monografía que analice con más precisión su obra y el contexto histórico y artístico en el que trabajó, ya que Germán Calvo vivió épocas tranquilas y convulsas, incluida la República, que le concedió el título de profesor, la Guerra Civil, la posguerra y la dictadura. La desaparecida profesora de Historia del Arte Carmen Trapote definió su pintura como «un realismo trascendente, simbólico, en algunos casos con matices geometrizantes que le relacionan con el postcubismo, muy en vigencia en los años cuarenta».
El jefe del Servicio de Cultura del Ayuntamiento, Rafael del Valle, destaca de Germán Calvo un aspecto fundamental en su vida, que es su magisterio. «Enseñaba algo muy bien aprendido y que dominaba, que es el dibujo, el uso de ciertos materiales y la utilización de diversos soportes. Dominaba la técnica a la perfección», asegura Del Valle, que también valora la sensibilidad con que afrontaba los retratos. «Era un academicista por excelencia», puntualiza el coordinador de la exposición sobre la colección de arte del Ayuntamiento de Palencia que se pudo ver el año pasado en la Fundación Díaz-Caneja.
Por su parte, el profesor e historiador del Arte y estudioso de la pintura palentina de los siglos XIX y XX, Arturo Caballero, sitúa a Germán Calvo en el momento de «la recuperación de los valores tradicionales del arte después del triunfo del nacional-catolicismo». Calvo, según Caballero, «cultivó una pintura más comedida y más clasicista, con algún toque de modernidad que le pudo venir de Vázquez Díaz». El profesor define la obra de Calvo como el «triunfo del dibujo». «Fue un excelente dibujante, dominaba muy bien el dibujo», apostilla.
Por último, el jefe del Servicio de Cultura de la Diputación y experto en patrimonio palentino, Rafael Martínez, destaca de Germán Calvo que cuando vino a Palencia, hubo un grupo de jóvenes artistas que estuvieron en torno a él, entre los qe cita a Rafael Oliva y Ángel Cuesta. «Germán Calvo fue un referente para muchos artistas. Más que un magisterio estético, ejerció un magisterio de oficio», señala Martínez, que destaca del pintor que «técnicamente fue un artista muy formado». También el jefe de Cultura de la Diputación resalta su condición de muralista, ya que «se atrevió a pintar murales de extaltación de la tierra, ya sea de la provincia o de la ciudad».
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