Grafitis al borde de la piqueta

Resulta extraño toparse con grafitis elaborados cuando se accede a alguna de las decenas de naves abandonadas que salpican la capital y su entorno. Lo habitual son garabatos sin sentido o lindezas de difícil reproducción en un periódico. No es el caso. Una antigua fábrica enclavada al borde de la carretera de León, entre el concesionario de Opel y un taller, justo en el límite que separa la ciudad de Zaratán, oculta algunos pequeños tesoros del arte urbano. El problema es que el entorno no acompaña demasiado al tratarse de un edificio saqueado en los últimos dos años y que va camino de desplomarse si no lo derriban antes.

Las instalaciones las ocupaban en su día los trabajadores de una conocida constructora y en su entrada aún puede leerse un cartel con la curiosa leyenda de 'mantén limpio el parque'. No es limpieza precisamente lo que encuentra el espectador que decide darse un paseo por esta galería de arte que no figura en los mapas de las oficinas de turismo. El acceso, eso sí, es gratuito y solo hace falta pasar por el hueco abierto en la valla en el solar colindante -también abandonada y que albergó a una empresa de fabricación de postes de hormigón-.

Un almacén de ladrillo de nulo valor arquitectónico y repleto de pintadas -muy poco elaboradas- saluda al visitante. Nada impide entrar a las instalaciones por cualquiera de sus puertas. La de la parte posterior o, más bien, su hueco da directamente a los primeros muros decorados. El entorno, eso sí, no acompaña demasiado en una nave desvalijada sin piedad desde su cierre por los buscadores de chatarra y cobre habituales de estos lugares.

La sorpresa está justo detrás de los muros de entrada. Una enorme mano con las letras 'por vida' es la primera obra de arte. Justo detrás hay un enorme dragón con un montón de seudónimos bajo el título 'no seguimos moda'. Y así hasta sumar un montón de pequeñas joyas más cuyos autores destinaron muchas horas en su realización a pesar de ser conscientes de que sus grafitis se encuentran al borde de la piqueta como la nave entera.

A golpe de maza

Pero no todo es arte en esta vieja fábrica del kilómetro 194 de la carretera de León (Adanero-Gijón). Los trabajadores de las empresas cercanas, testigos directos de su cierre y posterior saqueo, relatan cómo «la gente entra desde hace dos años por lo menos a robar lo que puede, a hacer pintadas e, incluso, de botellón». Las paredes picadas a golpe de maza en busca del preciado cableado, las ventanas destrozadas a pedradas, los marcos y las puertas arrancadas y algunos boquetes en la cubierta, además de algún resto de pequeños incendios, dan fe del violento proceso de expoliación al que ha sido sometida la fábrica.

El peligro para grafiteros, curiosos e, incluso, ladrones es más que evidente ante el riesgo de caídas de cascotes. La nave, pese a todo, es una buena muestra de arte efímero.