Metidos en obras

Ruinoso, por viejo, anda por allí un medieval puente por el que mostraron mucho interés los Reyes Católicos, pues obligaron a todos los pueblos del contorno -incluida la capital palentina- a correr con los gastos de su reparación. Pese a ello, el tiempo y el río Pisuerga que discurre bajo sus heridos ojos lo han llevado a la ruina, aunque puedo asegurarles que el entorno de sus restos pétreos y la salvaje vegetación que le rodea conforman uno de los parajes de ribera más bellos de esta parte del Cerrato palentino.

Todo esto lo verán cuando entren en Reinoso de Cerrato, y además también apreciarán que el pueblo luce Casa Consistorial nueva, pues la vieja se ha quedado pequeña, aunque sigue en el mismo lugar que estaba, adornada por un entrañable campanillo de forja, que espero sea respetado y preservado. También ha mejorado y mucho la carretera que une Reinoso con Soto de Cerrato, donde cerca de ella veo moverse máquinas monstruosas que remueven tierras para abrir camino a la nueva línea férrea de alta velocidad.

Y ya metidos en obras, también les diré que por allí han construido una escalinata para hacer más cómodo el acceso a su pequeña iglesia parroquial de la Asunción, que se ve claramente que fue reedificada sobre otra más antigua, aunque se reformara en el siglo XVII. Dentro de ella, se aloja la bella imagen de la patrona del pueblo Santa Lucía, y en los alrededores me llama la atención una de la originales esculturas de Alberto García, artista local que en esta villa cerrateña tiene su casa taller.