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ERNESTO RUIZ
Lunes, 2 de mayo 2011, 11:21
Resulta complicado afrontar un encuentro casi decisivo para los intereses morados cuando varios de los sentidos pudieran no estar centrados única y exclusivamente en el partido de La Balastera. Por fortuna, no ocurrió eso. Los jugadores del Palencia tuvieron ayer puestos todos sus sentidos en el choque frente al Logroñés, aunque bien es cierto, que otros encuentros de la jornada afectaban a sus intereses en la tabla clasificatoria.
Los pupilos de Pepe Calvo, que comenzaban el partido sextos en la clasificación general con 57 puntos, medían sus fuerzas ante el quinto clasificado, el Logroñés, que acumulaba dos puntos más. Del mismo modo, el cuarto clasificado, el Real Unión (61 puntos) viajaba al campo del líder Mirandés (0-0), mientras que el tercero en la Liga, el Deportivo Alavés (61 puntos) recibía al Guijuelo (2-0). Demasiadas cábalas y marcadores que podían haber distraído a los jugadores de Calvo.
A esta circunstancia psicológica se sumaba otra de carácter táctico, la variación obligatoria en la línea zaguera local motivada por las sanciones federativas del defensa central Aitor Blanco y del latera zurdo Alberto Serrano, que fueron suplidas por sus compañeros Rui y Héctor, respectivamente. A esta adversidad se sumaba la lesión de De Paula, que finalmente no fue alineado para que se recuperara de sus molestias en el pubis.
Ambiente espectacular
Con un ambiente espectacular en los graderíos, con la presencia de más 250 seguidores del club riojano, el Palencia volvió a ser el de las grandes ocasiones, practicando un fútbol serio, ordenado y con un enorme respeto hacia su contrincante.
El Logroñés, por su parte, planteó el choque igual que los morados, con dos pivotes en la medular (Nacho y Gibanel), dejando toda la iniciativa a su contrincante, que salió a machacar desde el principio. Se trataba de un partido de músculo.
Pero la fortuna, sonrió al Palencia en su primera aproximación sobre el portal de Rubio, al rematar certeramente Paulino con su cabeza un lanzamiento de falta botado por Zazu. Lo más difícil, que era abrir la senda del triunfo, estaba hecho. El Logroñés no daba señales de vida y, si bien es cierto que dispuso de dos ocasiones para haber equilibrado la balanza, ambas llegaron procedentes de otros dos clamorosos fallos defensivos, no en jugadas hilvanadas.
El partido, con el paso de los minutos comenzó a calentarse y mucho más con la catastrófica actuación del colegiado gallego Díaz Álvarez, que empezó su recital expulsando con tarjeta roja directa al interior zurdo local Zazu por propinar un codazo a Pepe en el minuto 38. Con anterioridad, al palentino le habían partido el labio en otra jugada. El Palencia tuvo que apelar entonces a la épica y remodelar su sistema de juego, dejando como único atacante a Álex Suárez.
Tras el descanso, el C. F. Palencia apeló a la épica para mantener el resultado de 1-0. Calvo dio entrada de forma alternativa a Durántez, Víctor y Canario, que fueron otros tres titanes junto al resto de compañeros en conservar la exigua renta. El árbitro seguía a lo suyo, mostrando siete cartulinas amarillas y tres rojas a los locales, incluidos Pepe Calvo y el delegado Avelino Aparicio, por tan solo dos de los visitantes. El público despidió con una atronadora ovación a los ganadores, mientras que ambos equipo saludaron a sus seguidores.
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