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Conjunto escultórico dedicado a Alonso Berruguete realizado por Victorio Macho, en la Plaza Mayor. :: MERCHE DE LA FUENTE
Paredes se vuelca con su otro Berruguete
PALENCIA

Paredes se vuelca con su otro Berruguete

Palencia carece de obras del escultor paredeño, ya que de las dos que se le atribuyen -una Virgen y un san Matías- no está totalmente documentada su autoría El insigne escultor es el nuevo pretexto para promover un ambicioso programa cultural

FERNANDO CABALLERO

Domingo, 1 de mayo 2011, 03:47

Paredes de Nava ha vuelto a echar mano de sus hijos ilustres para desarrollar un ambicioso programa cultural que permita promocionar sus recursos artístico. En 2003 ya utilizó este sistema aprovechando el quinto centenario de la muerte del pintor Pedro Berruguete. Ocho años después, otra efeméride permitirá que se hable de Paredes de Nava: el 450 aniversario de la muerte de Alonso Berruguete, hijo de Pedro y escultor manierista que tuvo un gran protagonismo en España en el siglo XVI. Los Berruguete -padre e hijo- y Jorge Manrique forman la gran terna de hombres ilustres de esta localidad terracampina que quiere aprovechar su tirón para recuperar su patrimonio, fomentar la cultura entre sus vecinos y para atraer visitantes. Si 2003 fue el año de Pedro Berruguete, 2011 será el de su hijo mayor, Alonso Berruguete.

Sin embargo, hay una gran diferencia entre ambos artistas. La huella de Pedro en Paredes es más que evidente, ya que posee una colección extraordinaria de tablas, que se conserva en el museo de Santa Eulalia y que formaron el primer núcleo de la gran exposición que se celebró aquel año en este templo, cuya comisaria fue Pilar Silva Maroto. Esta muestra se convirtió en el eje de la conmemoración del quinto centenario de Pedro Berruguete. Sin embargo, con Alonso no podrá suceder lo mismo, ya que del escultor no hay obra suya documentalmente reconocida no solo en Paredes de Nava, sino en el resto de la provincia.

«Tradicionalmente, se le atribuyen dos obras, la llamada 'Virgen guapa con el Niño', que se conserva en Santa Eulalia, y la talla de San Matías del retablo de San Cosme y San Damián, en la capilla de San Gregorio de la catedral de Palencia, pero ninguna de las dos están fehacientemente documentadas como obras de Alonso Berruguete», explica Rafael Martínez, historiador del Arte y experto en el patrimonio palentino. Para el también jefe del Departamento de Cultura de la Diputación, «el único vinculo que tiene en la actualidad Alonso Berruguete con la provincia de Palencia es que nació en Paredes de Nava».

Martínez va más allá y asegura que falta una biografía rigurosa y documentada de la figura de este artista, que suponga una puesta al día de los estudios historiográficos aplicados a sus obras. El último gran libro publicado sobre él data de 1980, obra de José Camón Aznar (Espasa Calpe), pero se limita a describir sus obras. En Palencia, el último acercamiento a su figura se remonta a 1983, cuando José del Teso Gómez escribió el fascículo de la exitosa serie de 'Apuntes palentinos', que editó la antigua Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Palencia.

De que nació en Paredes de Nava no hay duda. El problema surge en el año de nacimiento, que no está claro, aunque Camón Aznar lo sitúa entre 1490 y 1492, otros autores adelantan la fecha a 1481 (Cruzada Villamil) e incluso a un año antes (Ceán). José del Teso se inclina por 1490, aunque no descarta que naciera un año después. Su infancia y juventud las pasó en Paredes de Nava, Valladolid y Toledo, ciudades estas dos últimas en las que su padre trabajó como pintor. Pero su viaje a Italia, a Roma y a Florencia, concretamente, le permitió entrar en contacto con el gran Miguel Ángel y otros artistas del Renacimiento. Su estancia italiana se prolongaría entre 1508 y 1517, años en el que entró al servicio del recién llegado a España Carlos V. En 1525 se casa con Juana de Pereda, vecina de Medina de Rioseco. Un año después se instaló en Valladolid, que pertenecía entonces al Obispado de Palencia.

Escribano del crimen

Rafael Martínez recuerda algún episodio de su vida, como que fue nombrado escribano del crimen en la Chancillería de Valladolid, pero como no lo puede atender, pide permiso para que le den el puesto a su hijo de ocho años, solicitud que se le desestima. Al final de su vida, adquiere un señorío, el de Villatoquite, donde establece un taller y una casa, pero sus antiguos dueños quieren recuperarlo e inician un pleito contra Berruguete, que pierde. Posteriormente, en 1559 adquiere otro señorío, el de Ventosa de la Cuesta, en la actual provincia de Valladolid, en cuya iglesia de la Asunción está enterrado al morir dos años después. Una placa en el exterior del templo es el único signo del enterramiento, ya que bajo el altar mayoor, donde se supone que está el cuerpo no hay ningún texto. «Comprar un señorío era a lo máximo que podía aspirar un artista. Pero Alonso Berruguete no solo era un artista, era lo que podíamos llamar ahora un gran empresario. Junto a Diego de Siloé y Felipe Vigarni, eran los tres grandes constructores de obras de arte del siglo XVI. Los tres tenían un gran taller y recibían todos los encargos. Ellos no ejecutaban directamente las obras porque tenían muchos ayudantes, pero sí daban el toque final», explica Martínez.

¿Por qué en Palencia no hay obras de Alonso Berruguete? Martínez responde que por la fuerza económica que tenía la ciudad de Valladolid. «En Palencia no tiene por qué haber nada. La corte estaba en Valladolid, pero también la audiencia y la chancillería, y los notarios y los comerciantes. Había dinero y todos los encargos se realizan en Valladolid», asegura el historiador del Arte. «Por el contrario, Palencia era entonces una ciudad dominada por el clero. El 70% del suelo urbano fue propiedad de los canónigos hasta el siglo XVII», puntualiza.

En Valladolid se encuentran obras señeras de Berruguete, como el retablo de la Mejorada de Olmeda o la sillería de San Benito -una de sus creaciones más importantes-, ambas en el Museo Nacional Colegio de San Gregorio. Alonso Berruguete trabajó para el cardenal Tavera, que fue arzobispo de Toledo desde 1534 hasta su muerte en 1545. En este periodo hizo encargos al escultor paredeño que significaron mucho en su obra, como parte de la sillería del coro de la catedral, una obra esencial en el manierismo español. Precisamente, su última aportación al arte fue el sepulcro del cardenal, en la capilla del hospital de San Juan Bautista, que el religioso había fundado. El escultor pasó los dos últimos años de su vida en Toledo, donde falleció hace ahora 450 años, en 1561.

Las atribuciones de obras en la provincia de Palencia no se limitan a la Virgen de Paredes y a San Matías de la catedral. José del Teso habla de otras, aunque con cautelas y dudas, posible autoría que con los años se ha descartado definitivamente, como el 'Cristo atado a la columna', de la iglesia de Guaza de Campos, o el Calvario que corona el retablo mayor de la iglesia de Santa Eulalia. También aquí hay otras dos atribuciones, finalmente descartadas: las tallas de San Juan y San Mateo.

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