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J. MORENO
Lunes, 11 de abril 2011, 03:38
El secretario municipal del Ayuntamiento de Arroyo de la Encomienda ha reconocido ante el magistrado de Instrucción número 1 de Valladolid que se enteró «por la prensa» de que el parque infantil instalado desde 1995 en una plaza de la urbanización La Vega fue trasladado al pueblo de As Nogais (Lugo), localidad natal del alcalde de Arroyo, José Manuel Méndez, sin que hubiera tramitación previa.
El funcionario declaró el pasado 4 de abril como testigo en la causa abierta en 2006 por presuntos delitos contra la Administración Pública, en la que figura como imputado el regidor independiente, al que la Fiscalía atribuye un presunto delito de malversación por «regalar unos columpios de propiedad municipal a su pueblo» sin que haya mediado un expediente de desafección, como obliga la ley.
Este diario informó en septiembre de 2006 de que los columpios, balancines y un tobogán del núcleo de La Vega fueron trasladados sin un acuerdo de la Corporación por un amigo personal de Méndez a la pedanía de Doncos, en As Nogais.
«Nosotros contratamos un camión para que nos lo llevase hasta Lugo. Tuvimos que ir un grupo de vecinos a Arroyo y sacar los columpios con nuestras propias manos. Hemos tenido que pagar 300 euros de nuestro bolsillo», explicó Xosé Espín Mejía, que en aquella fecha era concejal del Bloque Nacionalista Galego (BNG) en As Nogais. En esta formación independentista militó a los 21 años José Manuel Méndez, y por esa lista fue elegido edil de ese núcleo en 1983.
El secretario Carlos Rodríguez Fermoso, que lleva más de 10 años en el municipio de Arroyo, reconoció al fiscal que los columpios fueron puestos por la urbanizadora en La Vega en 1995, y «cuando se cede la urbanización por la empresa al Ayuntamiento, los columpios pasan a ser municipales».
Sin embargo, el funcionario público que da fe de los acuerdos municipales indicó que en 2006 se aprobó un proyecto de reurbanización para esa plaza, que incluía los columpios de La Vega, y «al aprobarse el mismo se produce una desafectación tácita», agregó.
El secretario declaró que los usos en el sector de la construcción en Valladolid permiten que cuando se adjudica una obra el mobiliario que no sirve, entre el cual estaría el parque infantil, «pasa a ser de dominio del contratista».
Puso como ejemplo al juez los materiales de las traviesas de la compañía ferroviaria Renfe.
«No sé dónde han terminado los columpios. Solo lo que me contaron que salió en prensa», explicó Rodríguez, quien indicó al instructor que este material podía ser desafectado o no. El secretario añadió que no le constaban procedimientos administrativos de cesiones de bancos o papeleras por otras obras.
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