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V. M. NIÑO
Viernes, 11 de febrero 2011, 01:22
Estaba en la veintena cuando compuso su sinfonía 'Cursus Vitae' y cuando su 'sentimiento trágico de la vida' dejó de ser intuición para ir asentándose en los hechos. Luis de los Cobos (Valladolid, 1927) aprendió pronto que su música pasaría una cuarentena de décadas en el cajón de su mesa en Ginebra antes de que el público la escuchara.
En 2009 este 'embajador decano' de su ciudad recibió con emoción el nombramiento del Ayuntamiento y escuchó sus tres grandes obras sinfónicas interpretadas por la Orquesta Sinfónica de Castilla y León en el Auditorio Miguel Delibes. En el podio, José Luis Temes, el maestro que ayer presentó el disco que se grabó tras el concierto.
«No está aquí físicamente por motivos de salud, pero me ha enviado tres correos esta mañana. A sus 84 años tiene los nervios de quien presenta su primer disco monográfico de su obra, medio siglo después de que fuera compuesta», explicaba Temes. «Estamos empeñados en recuperar la historia musical española, pero sin olvidarnos de los compositores que están vivos. Y no hay que olvidar que Luis de los Cobos tiene aún un tercio del catálogo de su obra sin estrenar, entre ellas la ópera sobre Mariana Pineda y un Concierto para dos pianos».
Eslabón perdido
Temes define a De los Cobos como «un eslabón perdido del sinfonismo español. Por cronología estaría con la Generación del 51, con Halffter o De Pablos. Sin embargo se desmarcó de la vanguardias que se desarrollaron en España, relacionadas con Darmstalt, para participar de la modernidad centroeuropea que bebía de Shostakovich». El maestro madrileño señaló situación parecida, por ese desmarcarse, la de Montsavatge o Manuel Castillo.
Primer disco monográfico pero no la primera grabación de su obra por la OSCyL que ya diera a las discotecas el 'Concierto de los Cercos' de este compositor. Para este disco han elegido la 'Sinfonía Cursus Vitae', que data de 1956. «A pesar del título, de su vocación de revisar un camino vital, Luis la escribe cuando es un joven y da idea de su madurez. Pone sonido a su infancia en Valladolid, es una reflexión en cuatro movimientos», cuenta Temes. En su día Luis de los Cobos se la mostró en Ginebra, donde vive desde entonces, a Ataúlfo Argenta, quien estaba de gira. Se comprometió a estrenarla en España con la ONE, pero su inesperada muerte dio al traste con el compromiso, permaneciendo inédita hasta su estreno en 1998 en el vallisoletano Teatro Carrión. Menos tiempo permaneció en el cajón 'Agonía recurrente', escrita en 1967 y estrenada en Salamanca en 2006.
Finalmente el disco, editado por Verso que ha lanzado 1.500 copias, se completa con 'Jungla' (1963), una obra pesimista firmada en plena Guerra Fría por un Luis de los Cobos cuya carrera de jurista le llevó a ocupar cargos en la OIT y en el Consejo de Seguridad Atómica.
Luis de los Cobos, violinista primero, director y compositor, después, lamentaba en 2009 la poca difusión de la música contemporánea: «Me gustan Bach y Mozart, disfruto con ellos. Pero son la expresión de su tiempo ¿quién representa al nuestro?». Resignado a dejar a sus nietos una pormenorizada edición de sus partituras, ahora parte de ellas podrán escucharlas además de leerlas. Y podrá darse el caso que De los Cobos añoraba, que al menos alguien silbe su música.
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