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LUIS ANTONIO CURIEL
Lunes, 31 de enero 2011, 01:59
Abilio Muñoz Pérez, natural de Cevico Navero, ha regentado durante varios años un negocio de carpintería metálica para dar servicio a su pueblo y a la comarca del Cerrato. Con motivo de las fiestas de la Virgen de la Paz, ha recuperado la tradición de llevar la boina con su correspondiente escarapela, como hacían en su origen los quintos del pueblo. Aunque no es de los que más danza a la talla mariana, colabora en mantener una tradición muy significativa para la villa. Su deseo es que otros vecinos se animen a llevar la boina y la escarapela en las fiestas de la Paz.
-¿Qué significa la boina con la escarapela?
-Esta boina y la escarapela recuerdan a los quintos, que eran los que organizaban las fiestas de la Virgen de la Paz. Ellos se encargaban de contratar a la banda y a la música para las fiestas. Ensayaban durante varias semanas para danzar a la Virgen y acompañar a los músicos. También rondaban a las mozas solteras
-¿Por qué no organizan los quintos esta fiesta?
-Ahora ya no hay quintos, porque hay pocos jóvenes y además no hacen el servicio militar. Por eso, como se había dejado de hacer, me animé a ponerme la boina con la escarapela, y cada vez son más los vecinos que acuden así a la fiesta. ¡Ojala todos los hombres del pueblo llevaran este símbolo en las fiestas!
-¿Esta tradición es característica del varón?
-Sí, porque era cosa de los quintos. Quinto eras hasta que te hacían veterano en el servicio militar, es decir, cuando jurabas bandera. Pasabas tres meses del período de instrucción militar como quinto.
-¿Qué se siente al danzar a la Virgen?
-Es un sentimiento muy profundo, como homenaje a nuestra Patrona. Esta tradición se realiza también en las fiestas del Carmen. Las procesiones, en ambos casos, duran alrededor de una hora y tienen sus paradas estipuladas. Son muchos los vecinos que danzan a la Virgen.
-¿Han cambiado mucho las fiestas de la Paz?
-Sí, antes había más ambiente por las calles, los quintos se encargaban de animar la fiesta. Ahora las fiestas las organiza el Ayuntamiento, que prepara un buen programa. La tradición de danzar a la Virgen se mantiene, pero antes eran las fiestas del invierno, en un tiempo muerto en el que congregaban a los montaneros y a numerosos trabajadores del pueblo.
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