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ÁNGEL BLANCO
Domingo, 24 de octubre 2010, 13:32
En España hay seis empresas dedicadas al diseño y fabricación de postes para recarga de vehículos eléctricos. Cinco de ellas son filiales de grandes compañías que tienen en las 'electrolineras' una pata (pequeña) más de su negocio que les supone poco coste, les proporciona una buena imagen que pueden utilizar desde sus departamentos de márquetin y, quién sabe, a la larga puede llegar a ser rentable. La sexta es una pyme levantada por un grupo de emprendedores que ha apostado su futuro al éxito de este producto. Les va la vida en ello (es un decir) y están dispuestos a que su modelo sea el más versátil, el más apto para España, el más fácil de usar, el más innovador... en definitiva, el mejor. El nombre de la empresa es Emerix, su electrolinera se llama Merlyn y contemplan el mundo desde el vallisoletano polígono de San Cristóbal.
El primer poste eléctrico instalado en España bajo los auspicios del Plan Movele del Ministerio de Industria fue colocado en la madrileña calle de Goya el pasado mes de mayo y llevaba la marca de esta pyme de Valladolid. «Llegó el alcalde Ruiz Gallardón para presidir la inauguración con todo el séquito de autoridades, periodistas y cámaras de televisión -recuerda José Aispuro, responsable del Desarrollo de Negocio de Emerix- y cuando trajeron el vehículo que había que recargar, resultó que era un modelo japonés y llevaba un estándar de enchufe diferente».
Son los riesgos que conlleva ser pioneros. Rápidamente tuvieron que ponerse a buscar un adaptador que permitiese inmortalizar el acto para la posteridad con una demostración de que la tecnología estaba lista y no era un fiasco. «Cuando la pantalla empezó a activarse y el poste cargó sin problemas la batería del coche, por fin pudimos respirar tranquilos».
Impulso institucional
Desde entonces, Emerix ha instalado once electrolineras en Madrid, una en León, otra en La Rioja -esta misma semana- y está en negociaciones para comenzar a vender su producto en Portugal. Y eso que son de Valladolid, donde se va a fabricar el primer vehículo eléctrico en serie de España (el Twizy de Renault, claro) y que pretende ser emblema de la nueva movilidad limpia. «En esta fase de implantación y lanzamiento de un nuevo concepto de transporte, en la que lo más importante es popularizarlo y convencer a la gente de que esto es un futuro que ya está aquí, resulta decisivo que los postes se vean, que los conductores se los encuentren y comprueben que funcionan», explica Isabel de la Cal, gerente de la empresa. Varias de las electrolineras instaladas por Emerix en la capital de España están en el centro comercial Xanadú, donde ya superan las 60 recargas al mes. «El impulso de las administraciones públicas resulta fundamental y algunas autoridades -continúa, sin mirar a nadie- podrían hacer algo más de lo que hacen».
Aunque el Twizy no llegará antes de un año, en España ya se pueden comprar coches, motocicletas y bicis eléctricas. Los cálculos del sector hablan de unas ventas de 586 coches en el presente año.
Ante una actividad tan novedosa y un sector tan incipiente como este, el punto de vista desde el que los responsables de Emerix contemplan la competencia no tiene nada que ver con el tradicional. «Puede que sean competidores, pero vamos codo con codo con ellos porque todos nosotros estamos interesados en organizarnos para meter prisa a las autoridades para que decidan cuanto antes cuáles son los estándares de tarjetas y enchufes que van a utilizarse», explica Aispuro con su castellano de acento mexicano. «Además, nuestro principal competidor es la apatía de la gente para comprar coches eléctricos», bromea antes de lamentarse de que mientras en EE UU y en Japón ya han decidido cuáles son los conectores que los fabricantes deben utilizar de manera homogénea, la UE sigue sin tomar una decisión. «Dicen que para mayo del año que viene...».
Dos modelos
Emerix fabrica dos modelos diferentes de poste de recarga Merlyn. La 'niña bonita' lleva integrado un sistema informático de telecomunicaciones que está conectado con una central de datos. Lleva una pantalla con iluminación LED que interactúa con el usuario, que activa el poste mediante la utilización de una tarjeta que, además, permite el cobro de la recarga. Este modelo proporciona todo tipo de información sobre las electrolineras más próximas en función de la autonomía que otorga al vehículo la carga que se efectúa en ese momento.
El otro modelo es más 'básico' «y más acorde con la actual densidad de vehículos eléctricos, que lógicamente hace que no sea necesaria tanta información». Este último se puede adaptar y convertir si es necesario en el modelo avanzado. «No es porque sean nuestros, pero son más intuitivos y más fáciles de utilizar que ningún otro; incluso son más resistentes y están más preparados para soportar la vida en la calle de los países latinos que, para qué vamos a negarlo, no es igual que la que pueden tener en Suecia», sentencia Aispuro.
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