Junta de accionistas en un taxi

María Teresa Rodríguez Sáinz-Rozas, empresaria y mayor accionista de la conocida empresa Galletas Gullón de Aguilar de Campoo, celebró ayer en el interior de un coche la junta general extraordinaria que ha ordenado el Juzgado Mercantil a propuesta de la propia Rodríguez para convertirse en administradora única de la compañía. El consejo de administración de la galletera, controlada ahora por sus tres hijos varones y sus dos hermanos, decidió no celebrar la junta de accionistas con el argumento de que los anuncios publicados para su convocatoria no cumplen los requisitos legales exigidos por la Ley de Sociedades Anónimas.

En el día señalado por el Juzgado Mercantil para la celebración de la junta general extraordinaria, la mayor accionista de Gullón escenificó a todas luces y en toda su crudeza el conflicto familiar que desde hace casi un año mantiene con tres de sus cuatro hijos y dos hermanos por su decidido respaldo al ex director general, el destituido y ahora readmitido Juan Miguel Martínez Gabaldón, que también participó en la junta general, al igual que su hija Lourdes. Entre los tres suman más del 74% del capital social de la compañía y el 80,2% de los derechos de voto.

A las 10 horas de ayer, los tres accionistas se dirigieron a la sede social de Galletas Gullón, en la villa aguilarense, acompañados de una notaria. Sin embargo, no pudieron acceder al edificio, ya que un guardia de seguridad les impidió el acceso a las dependencias. En la puerta de acceso aparecía un cartel en el que se advertía de que la junta general extraordinaria prevista para ayer en primera convocatoria no puede celebrarse por no haberse convocado con los requisitos legales necesarios», suscrito por el presidente y el secretario del consejo de administración, Rubén Gullón y Raúl Rodríguez.

La notaria levantó acta de todos estos hechos y a requerimiento de los tres se celebró la junta general en un vehículo Mercedes que portaba junto a la matrícula las siglas de 'servicio público', y preparado para la ocasión con un cartel en su interior, en el que se leía «Junta general extraordinaria de Galletas Gullón SA. Primera convocatoria». Todo un espectáculo mediático para los transeúntes que pasaban por esa zona y para los medios de comunicación que acudieron al lugar.

Todo quedó aprobado

Como era de esperar, se aprobaron todos los puntos del orden del día: el cese de los actuales consejeros, las modificación del órgano de administración de la sociedad para pasar de un consejo de administración a un administrador único y el consiguiente cambio de 19 artículos de los estatutos sociales y el nombramiento de María Teresa Rodríguez como administradora única. También se aprobó con la mayoría del capital social la delegación de facultades para la ejecución de los acuerdos adoptados y el acta de la reunión.

Tras la celebración de la junta general extraordinaria, que se prolongó algo más de media hora, María Teresa, su hija Lourdes, Gabaldón y la notaria salieron del automóvil, que no pasó desapercibido entre los vecinos que a esa hora transitaban por la avenida de Burgos de la localidad aguilarense.

Ante la presencia de los medios de comunicación que se habían congregado, María Teresa Rodríguez realizó una valoración de lo sucedido y lo que aprobaron los tres accionistas. «A pesar de las dificultades que hemos tenido para la celebración de la junta, hemos podido celebrarla. Hoy (por ayer), la mayoría del capital ha votado y ha acordado los distintos puntos del orden del día de la junta, tal y como ha quedado recogido en el acta notarial. Lo que deseo ahora es restablecer el orden en la compañía y trabajar el doble para recuperar el tiempo perdido», señaló la empresaria, que también manifestó su sorpresa por haberse encontrado cerrada la puerta de la sede social de Galletas Gullón. María Teresa Rodríguez recalcó su intención de «hacer un gran Gullón y que la gente de la comarca siga trabajando», añadió.

«Todo es un esperpento»

Minutos después, surgían las primeras reacciones del consejo de administración a la celebración de la junta general por parte de la mayor accionista. Portavoces del consejo señalaron que desde este órgano de dirección de la galletera se lamenta profundamente «el esperpento que han protagonizado María Teresa Rodríguez, Lourdes Gullón y Juan Miguel Martínez Gabaldón, celebrando una reunión con un contenido ilegal y tomando unas decisiones contrarias al consejo legalmente constituido», según señalaron a modo de contestación.

Las mismas fuentes manifestaron que «este número, más propio de un circo que de una empresa seria, se ha realizado a sabiendas de que era ilegal y con el único interés de desestabilizar a la compañía, que afortunadamente, y desde que se libró de la administración del ex director general, ha crecido y se ha consolidado como no lo había hecho en los últimos años», recalcaron también. Desde el consejo de administración se considera que los trabajadores de Gullón y los vecinos de la comarca de Aguilar «saben que este consejo, lleva 40 años velando por la legalidad y los buenos resultados de Galletas Gullón y que seguirá haciéndolo».

El consejo también quiso enviar en estas declaraciones un mensaje de tranquilidad a toda la comarca, «porque Gullón sigue en las manos de los que legalmente son sus únicos administradores: el consejo de administración y los directivos de la empresa, y funcionando con los mismos estatutos que la han llevado a donde está desde que se constituyó en sociedad anónima, en 1965», recalcaron.

Finalmente, los integrantes del consejo de administración tuvieron unas palabras de reproche a la actitud de María Teresa y su hija Lourdes. «Como hijos y hermanos, estamos muy apenados y avergonzados al ver a nuestra madre y hermana 'perdiendo los papeles' y protagonizando este lamentable espectáculo», señalaron finalmente los representantes del consejo de administración, en una jornada de las más duras y sorprendentes que se ha vivido en los casi once meses que han transcurrido ya desde que estalló el conflicto en la galletera.