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EL NORTE
Miércoles, 11 de agosto 2010, 02:31
La Confederación General del Trabajo (CGT) ha trasladado al Juzgado de los Social y a la Inspección de Trabajo el caso de un empleado de Correos al que se le detectó un posible trastorno de alzheimer y al que la empresa le ha denegado la baja laboral. El caso se remonta a hace unos meses, cuando el sindicato denunciante supo que se había abierto un expediente disciplinario a un cartero. La directora de la oficina justificó la medida en que había observado que el trabajador «sufría importantes pérdidas de memoria y por esa circunstancia cometía frecuentes equivocaciones», según se hace eco CGT.
Sin embargo, su médico detectó que el cartero sufría «un posible trastorno de alzheimer», continúa la denuncia de la Confederación. El facultativo le concedió la baja laboral y le envió la neurólogo, quien confirmó el diagnóstico y además solicitó la intervención de Servicios Sociales. El informe del especialista fue remitido al instructor del expediente; y después de someterle a un nuevo examen, la empresa decidió no sancionarle.
Sin embargo, el escenario se torció cuando el cartero es citado por los servicios médicos de Correos para evaluar la enfermedad. Una vez transcurridos cuatro meses de la baja por la afección detectada, el paciente recibe una carta del director de la zona segunda de Correos y Telégrafos, a la que pertenece Segovia, en la que se deniega el permiso por recomendación de esa misma unidad facultativa.
La misiva alude a que «si bien se observan en el trabajador pérdidas de memoria, éstas no son motivo suficiente para renovar su licencia y debe incorporarse al día siguiente», señala la Confederación. Asimismo, la empresa advierte al cartero de que cualquier petición posterior de baja argumentando las mismas razones será rechazada. Ni el sindicato ni los Servicios Sociales daban crédito, apostilla CGT.
Una segunda licencia
El médico de cabecera del trabajador extiende ese mismo día una nueva baja, pero esta vez por depresión, según relata el sindicato. Este expediente es remitido al psiquiatra, que coincide con el primer diagnóstico y recomienda que siga de baja. Correos no acepta el nuevo parte, pese a estar expedido por un médico distinto y aludir a una causa diferente. Además, la empresa vuelve a lanzar otro aviso de sanción. Esta velada advertencia propició la denuncia del caso al Juzgado de los Social y a Trabajo.
«Lo dolorosamente absurdo es exponer a un trabajador de 58 años y 34 realizando su trabajo sin ningún problema a la frustración de su incapacidad», expone CGT, que critica que Correos use los servicios médicos para acosar a su personal.
Por su parte, la empresa postal se ampara en la confidencialidad de los expedientes por enfermedad, pero defiende que su actuación en este caso se ha hecho «conforme a la más estricta legalidad, siguiendo los procedimientos establecidos para el seguimiento y verificación de las bajas por enfermedad, todo ello dentro del marco normativo de la Función Pública».
Asimismo, Correos añade que el expediente abierto no se debe a los motivos de salud del empleado, sino a «causas laborales».
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