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MIGUEL A. PINDADO
Miércoles, 7 de abril 2010, 03:17
A priori, el Pevafersa se enfrenta al final de temporada más tranquilo y relajado de los últimos años. Otros años la lucha por la competición europea llevaba a los de Pastor a la pelea por los títulos continentales hasta las últimas eliminatorias, pero en esta ocasión el Rhein Neckar Löwen ha roto en octavos de final las esperanzas de sorprender en la 'Champions'. Y cuando Europa se resistía, siempre había que intentar ganar cada punto en la Liga para mejorar la posición en la tabla .
Sin embargo, a estas alturas, al conjunto vallisoletano ha visto como sus objetivos de principio de temporada, en los que iba a disputar cinco competiciones (Supercopa que no se disputó, Copa Asobal, Copa del Rey, Liga de Campeones y Liga Asobal) se han reducido a defender su tercera plaza en la Liga con nada menos que siete puntos de ventaja sobre su inmediato perseguidor.
Con el calendario en la mano y los rivales que se va a encontrar el conjunto vallisoletano la tarea de conservar la plaza de 'Champions' es aparentemente sencilla. Salvo Barcelona, Ciudad Real o incluso Granollers, los otros cuatro rivales ocupan las últimas posiciones en la tabla (Toledo, Alcobendas, Pilotes, Arrate y Granollers) y no deberían representar excesivos problemas.
Pastor tendrá que poner todas sus dotes de psicólogo para intentar motivar a sus hombres en estos siete partidos que faltan para finalizar la temporada. Y muy especialmente en encuentros como el del próximo sábado en Toledo. Tras la eliminación europea y con prácticamente todos los objetivos en la mano, la relajación puede ser la peor compañera del Pevafersa. En la Liga Asobal cualquier equipo tiene armas suficientes para sorprender y ganar a su rival a poco que la desidia, la relajación o los despistes se conviertan en compañeros de viaje.
Y si a ello unimos que gran parte de la plantilla del Pevafersa tienen aún su futuro sin decidir (Chuchi, Rentero, Zile, Víctor Hugo y Krivokapic), sin plaza en el equipo para la próxima campaña o bien sabiéndose segundo plato si fallan las negociaciones con otros jugadores, la situación se complica y puede dar más de un disgusto y alguna desagradable sorpresa.
El equipo ha sido una piña mientras se luchaba por los objetivos del club. Ahora mismo, la sensación de que todo está hecho, de que tan solo falta el trámite de jugar los partidos para acabar la temporada, puede generar problemas y tensiones en un final de campaña que se presumía tranquilo. De ahí que sea necesario cuanto antes clarificar el futuro, fijar un mínimo objetivo para estos siete partidos (ganar todos significaría un nuevo récord de puntuación) y evitar situaciones comprometidas que no ayudaran a la buena marcha del club.
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