«Mi vida ha sido siempre pensar en los clientes»

Encarnación Arévalo Pajares inició su trayectoria profesional como hostelera en Peñafiel en 1969. En 1995 abrió las puertas del restaurante Molino de Palacios, que en la actualidad dirige una de sus hijas, Emilia Bocos Arévalo. En el 2008 inaugura la posada rural Palacio de los Condes en una capilla adosada al antiguo palacio de Don Álvaro de Luna, en el casco urbano de Fuentidueña (Segovia), que está dirigido por la otra hija, Noemí. La Asociación de Hosteleros de Valladolid ha reconocido las cuatro décadas que lleva en los fogones.

-¿Cuántos años lleva con su negocio de Peñafiel?

-Con el negocio de Molino de Palacios desde hace 15 años, pero antes tuve otros dos restaurantes, Torrehalcón y Asador San José. Al mes de abrir el Molino se murió mi marido. Como tenía dos hijas, no me quedé ahí.

-¿Cuál es menú típico de sus restaurantes?

-Están especializados en cocina típica castellana, lechazo asado en horno de leña, estofados de caza, pollo de corral guisado, escabechados, arroz con caza y setas de temporada. Desde hace 14 años, organizamos las jornada cinegéticas y micológicas.

-¿Qué ha supuesto este premio de la Asociación de Hostelería?

-Estoy contenta, porque mi vida ha sido siempre trabajar y pensar en los clientes. Estoy encantada con mis compañeros por el hecho de que se hayan acordado de mi. En realidad creo que un poco si que lo merezco, después de llevar 41 años en los fogones. En la cocina te vuelcas y lo vives.