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V. M. NIÑO
Martes, 23 de febrero 2010, 02:05
En Cataluña es ya una tradición, que empieza a exportar al resto de España y Europa. Juntar a niños de entre 8 y 10 en un coro escolar gigante para interpretar una cantata contemporánea es la síntesis de Cantania. Una iniciativa que este año prepara su primera edición en Valladolid, con el patrocinio de Cajamar, que va por la segunda en Salamanca y que también ha sido desarrollada en el 'Cinturón rojo' de Madrid, en las ciudades del sur de la capital.
El pasado día 13 tuvieron lugar los primeros ensayos en Valladolid, en los que Josep Prats, director de coros y alma del proyecto catalán, trabajó con 25 profesores. Estos a su vez tendrán que ensayar con las partituras y un cedé con la música preparada para cantar sobre ella la cantata de Albert Grau, 'Balada del retorno', con texto de Rosa Regás.
«Cada año es un tema nuevo y una música nueva», explica el director musical, Josep Prats que comparte tarea con Elisenda Carrasco. Este año es la historia de una familia en la guerra civil, su exilio y su regreso. Una soprano, un barítono y nueve músicos son los artistas profesionales que requiere este proyecto que puede acompañarse de coreografía y es guiado por un narrador. En Valladolid se barajan los nombres de la venezolana Ximena Borges. Y los músicos serán de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León. El violín Jordi Gimeno, de la OSCyL, es el puente entre la idea catalana y el Auditorio Miguel Delibes. Gimeno ha creado la asociación cultural Dnota para cerrar el patrocinio con Cajamar.
El Auditori de Barcelona lleva varios lustros celebrando un Cantania anual. «Es muy conocido aquí. Al principio de curso son los profesores los que lo proponen a sus clases y se inscriben en la web. Este año han sido aceptadas 23.000 solicitudes, y 5.000 se han quedado fuera. Se trata de aproximar el mundo de la pedagogía y la escuela al de la música profesional, implicarles en la creación musical. Trabajan con sus profesores y luego el día del concierto ensayo con ellos durante una hora y después la cantata dura otra hora. 800 estudiantes actúan cada vez», explica Prats, quien este año repetirá experiencia en Caracas.
Hasta ahora el Centro Cultural Miguel Delibes ha desarrollado programas de conciertos didácticos a los que acuden alumnos de secundaria de toda la comunidad. Frente a la opción de recibir desde la butaca, Cantania les propone actuar desde el escenario profesional. En esta primera edición se espera que canten medio millar de niños de Valladolid.
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