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¿Es necesaria una Universidad virtual?
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¿Es necesaria una Universidad virtual?

«La Universidad de Valladolid debería aprovechar las ventajas de la educación superior virtual. Desde finales de los años 90, la CEE, la Unesco y otros organismos se han manifestado a favor del desarrollo de esta metodología»

JOSÉ ÁNGEL BUENO RODRÍGUEZ

Martes, 16 de febrero 2010, 01:41

Por todos es conocida la dificultad de progresar que tiene cualquier actividad para responder a las actuales exigencias del siglo XXI si no aplica las tecnologías de la información y comunicación. En esta línea de aplicación se han movido todas las instituciones universitarias del mundo, para adecuarse a ese modelo en el que el conocimiento y la innovación son tan necesarios para conducir a la sociedad hacia los puestos de vanguardia.

Por un lado, los países necesitan un mayor número de personas con formación superior, que completan en muchos casos con otro tipo de posgrado (máster, especialidad o doctorado). Por otro, la aspiración de muchas personas a adquirir ese rango universitario se ve perturbada por la complejidad organizativa de la sociedad, que impone a muchas personas la necesidad de trabajar, de atender situaciones familiares, con diversidad de horarios, en núcleos urbanos alejados, etcétera.

Hacer coexistir a las personas con las dificultades del mundo actual pasa por la búsqueda de una organización flexible en la Universidad, que resuelva la necesidad de una creciente demanda de formación universitaria y además se adapte a la complejidad social. Las nuevas tecnologías de la información y comunicación, y la red de Internet, permiten resolver este problema creando un nuevo entorno para que la enseñanza universitaria llegue a determinados colectivos de personas y ayude en sus estudios al estudiante que asiste a clase.

En la actualidad se puede obtener un título universitario sin que el profesor y el alumno coincidan físicamente, con una disponibilidad de 24 horas y estableciendo una relación académica a través de Internet, formación 'e-learning'. Barcelona desde 1999, Madrid desde el 2006, la Rioja desde el 2008 y próximamente Valencia disponen de esta modalidad formativa. En muchas universidades es posible cursar asignaturas de libre elección por el mismo sistema anterior. Existen nueve universidades españolas que ofrecen un programa común compartido. Un estudiante desde el País Vasco puede estudiar una asignatura de la Universidad de Extremadura. El Campus Virtual Andaluz permite estudiar 58 asignaturas. En determinadas universidades, la mayoría de los profesores utilizan Internet para ayudar interactivamente al alumno, habiendo sido comprobado que permite mejorar el aprendizaje.

En todas las universidades existe un servicio de campus gestionado a través de Internet que permite al estudiante matricularse, calificaciones, biblioteca, etcétera. Todas estas son posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de la comunicación. Actualmente en nuestra Universidad podemos presumir de utilizar satisfactoriamente solamente esta última.

¿Pero por qué en Valladolid no aprovechamos todas y tenemos una Universidad virtual? ¿Por qué vamos con tanto retraso en este modelo de formación? Desde finales de los años 90, la CEE, la Unesco y otros organismos se han manifestado a favor del desarrollo de esta metodología educativa para mejorar la calidad, abaratar costes y extenderla al máximo número de personas. ¿No serviría para corregir ese elevado número de estudiantes que abandonan y reducir los suspensos? ¿No permitiría reducir el presupuesto?

Hay además otras razones para que la creación de una formación universitaria virtual, liderada por Valladolid, fuera un objetivo prioritario y alternativa al modelo actual elegido de crear pequeños campus universitarios en capitales de la región, de dudosa calidad. La extensión geográfica de la región y el nivel insuficiente de riqueza que tienen muchas familias, dificulta que los jóvenes puedan abandonar su municipio para venir a las capitales a estudiar la carrera que desean. Ahora que hablamos de despoblación, este tipo de enseñanza permitiría estudiar a los jóvenes sin abandonar su residencia y acompañar a sus familias en las tareas propias del ámbito rural. También podría ayudar a titulados afectados por la crisis económica a reconvertirse para otra profesión, como por ejemplo experto en energías renovables de las cuales parece ser que somos campeones en producción.

Puede ser una oportunidad para que nuestra Universidad se internacionalice, sobre todo con países americanos y poder avanzar en la industria del castellano. ¿No hemos avanzado por qué la juzgamos inoportuna?

Poner en marcha una Universidad virtual significa desarrollar una serie de actividades nuevas que requieren un esfuerzo. Si tenemos en cuenta que la gente más comprometida debería estar formando parte del claustro de la Universidad y en alguna ocasión, se pide su asistencia durante unas horas y no se pueden aprobar diferentes normas por falta de representantes, está todo dicho. Entiéndase como se quiera y que me excusen aquellos profesores que son auténticos profesionales de la docencia. En el mundo laboral existen fábricas en Valladolid que compiten con las mejores del mundo, con edades medias de 50 años, con absentismo inferior al 5%, que trabajan 40 horas a la semana y algunos sábados, con tres turnos semanales y además comprometidos con su trabajo.

¿Cuáles son los indicadores de la Universidad? ¿Hablamos de su absentismo? ¿Hablamos de las horas de trabajo semanales o anuales, y de las asignaturas cuatrimestrales? Si pueden las fábricas de nuestra ciudad codearse con los mejores, también podrá la Universidad.

Si la formación universitaria es la principal palanca competitiva debemos esforzarnos para ser en cantidad y calidad los mejores.

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