Raúl Martín Vela pone «voz y alma» a los resineros, los «hijos del monte»

El pinar ha jugado un papel «fundamental» en el desarrollo económico de la zona con una industria que murió en los años 80, cuando países «emergentes» como China y Brasil comenzaron a producir resina y que ha resurgido con «fuerza» en el siglo XXI motivado por la «vuelta al monte» y el repunte de un oficio que durante años fue «residual». Entre las múltiples historias que esconde el libro, hay curiosidades como la «existencia» de mujeres resineras en la zona, algo que no ha ocurrido o de lo que no se tenía «referencias» en otras zonas del país, o como una empresa vinculada al Tercer Reich operaba en Navas de Oro para hacerse con la producción y obtener aguarrás, uno de los derivados de la resina y que utilizaban para la industria armamentística nazi, informa Europa Press. Además, Martín Vela ha querido que sea también un libro de «buenas costumbres» ya que en él el profesional del pinar encontrará la «metodología clásica» empleada por generaciones de veteranos resineros y las «nuevas técnicas» que se están desarrollando en Navas de Oro.

Resinero pasado y futuro, generaciones con «particularidades» pese a estar unidos por el monte. «Al margen de la forma de trabajo, sí que he visto que el resinero de antes se relacionaba más, miraba más por el colectivo que el de ahora», incide el autor.

Raúl Martín Vela (Segovia, 1977) es licenciado en Historia y Arqueología por la Universidad de Valladolid. Su trayectoria profesional le ha llevado a conjugar la docencia, la investigación y la divulgación del Patrimonio Cultural castellano y leonés. Destacan sus labores de codirección de las excavaciones arqueológicas en El Casetón de la Era (Villalba de los Alcores, Valladolid), la coordinación del Departamento de Educación y Acción Cultural del Museo de Arqueológico de Valladolid, y su participación en proyectos de docencia en la Zona Arqueológica Poblado de Fuenteungrillo de Valladolid.

En la actualidad dirige el Proyecto Arqueológico Peña del Moro, yacimiento prehistórico situado en el municipio segoviano de Navas de Oro, de donde desciende. En este pueblo enclavado en el corazón del Mar de Pinares, desempeñó el oficio de resinero en los montes de Carbonero El Mayor y Samboal en calidad de «aprendiz», ya que es así como prefiere definirse por respeto a quienes han dedicado (y dedican aún) su vida al conocimiento y al desarrollo de las artes pinariegas.

En su faceta de divulgador cuenta con varias publicaciones de carácter científico y divulgativo en revistas especializadas, si bien éste es su primer libro en solitario, donde conjuga elementos históricos, arqueológicos y antropológicos, orientados al conocimiento de aquellos a quienes define como «los hijos e hijas del monte».