Denuncian que un maquinista les retuvo tres horas en la estación Segovia-Guiomar

«El tren fue acumulando minutos de retraso desde Ponferrada. El convoy Alvia con destino a Madrid salió de la ciudad leonesa 15 minutos después de su hora, paró en León veinte minutos más de la cuenta, una vez pasada Palencia se detuvo durante otros veinte en medio de la nada y aunque tenía que haber salido de la estación de Campo Grande de Valladolid a las 21:56 salió a las 22:30. Luego, a la altura de Olmedo, nos avisó el revisor de que el conductor había dicho que su jornada terminaba a las 11:20 y que nos dejaría en Segovia, donde llegamos a las once y veinticinco. La estación estaba cerrada y no había nadie». Este es el relato de, llamémosle Carlos, uno de los 190 viajeros que iban en el tren Alvia que quedaron retenidos más de tres horas en la estación Segovia-Guiomar la noche del lunes al martes. Pero no terminó así el episodio. Acabará probablemente en el juzgado porque los usuarios llamaron al 112 y tuvo que intervenir la Policía, que levantó el atestado que se unirá a las denuncias de los viajeros que, finalmente, llegaron a la estación de Chamartín de Madrid hacia las cuatro.

El tren iba prácticamente completo cuando llegó a Segovia. Paró, pero los viajeros no podían bajar. Las puertas seguían cerradas. «Estábamos retenidos», señala Carlos. Comenzaron las llamadas a Emergencias 112 y hasta que, unos minutos después, llegó una dotación de la Policía Nacional el maquinista no abrió las puertas, según los afectados. «Cuando salimos nos acercamos a la ventana de la máquina, indignados, y le preguntamos qué pasaba, pero respondió que había excedido en 15 minutos su jornada (de cinco horas y media) y nos dijo que de aquí no me muevo».

Eran alrededor de las doce de la noche. A través del revisor, Renfe les comunicó a los viajeros que saldría un tren de Madrid para remolcar el suyo, «pero era mentira, y después nos dijo que llegaría uno de León, y tampoco». Mientras, los agentes de Policía comprobaron los horarios y tomaron testimonio de los retrasos para levantar el atestado, en el que, al parecer, hicieron constar que «este tren no estaba afectado por la huelga de conductores de Renfe convocada por el sindicato Semaf, ya que era un convoy de servicios mínimos», según los usuarios, que consideran que el maquinista les retuvo de forma ilegal y actuó de mala fe, y así lo expresaron en la denuncia que presentaron este mismo lunes en las comisarías de Madrid. Los afectados aseguran que fueron los propios agentes quienes les recomendaron que acudieran a la comisaría para formular sus denuncias por la presunta retención ilegal.

De las quejas de los afectados por esta situación que vivieron en la estación del AVE de Segovia solo se salvan los agentes de la Policía Nacional que acudieron tras sus llamadas. «No hemos tenido noticia de renfe ni de Adif ni de la Subdelegación del Gobierno, solo a gostas a través del revisor y d ela Policía», comenta Carlos.

A oscuras

Salieron a las 4:20 de Segovia-Guiomar, donde permanecieron durante tres horas «a oscuras, con la cafetería cerrada, sin nadie que nos atendiera y sin que funcionara la máquina expendedora de agua». Había personas mayores, y al menos dos bebés, y otro viajero, diabético, «tuvo que ir de urgencia al hospital de Segovia porque le estaban subiendo los niveles de glucosa y no tenía insulina»; algún usuario más, que tenía que entrar a trabajar a las cuatro y media en Madrid, decidió no esperar más y llamó a un taxi para terminar el viaje que había iniciado en Valladolid varias horas antes, a las diez y media de la noche.

Llegaron a Madrid en el tren que les enviaron «a base de la negociación de la Comisaría con Renfe», y con ellos viajó también el maquinista que les había retenido en Segovia. En Chamartín no había nadie para recoger sus reclamaciones, todas las oficinas estaban cerradas. Solo vieron salir al maquinista acompañado por los dos agentes de Policía y cuatro de seguridad privada que prestaban el servicio de noche en la estación madrileña.

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