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César Blanco Elipe
Miércoles, 21 de enero 2015, 11:39
Las listas de espera quirúrgica ofrecen múltiples lecturas. Todo depende de donde se coloque el punto de la comparación para sacar las conclusiones. En su conjunto, las interpretaciones bosquejan un panorama cumplidor con las directrices marcadas por la Administración regional. Cabe recordar que en la primavera de 2013, la Consejería de Sanidad no aguantó más y se propuso atajar de raíz un problema que se le iba de las manos. Sacyl puso entonces en marcha un plan específico para aliviar unos retrasos que ya empezaban a ser insoportables para el sistema. Tras estudiar las necesidades de cada complejo asistencial de la comunidad, activó varias líneas de actuación.
Antes de meterse en la harina crítica, el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Segovia aplaude y elogia la actitud de sus colegas galenos que trabajan en la provincia y que se sobreponen a las adversidades de plantillas menguadas por la ausencia de sustituciones del personal que causa baja por jubilación. Sin ellos, las demoras en consultas e intervenciones quirúrgicas se desbocarían, aprecia Enrique Guilabert.
«Los profesionales han echado el resto», elogia al mismo tiempo que lamenta que haya que gastar tantos sacrificios para responder a un plan de reestructuración de plantilla impuesto por la Administración que no ha contribuido precisamente a aminorar las esperas, deja entrever el responsable colegial. Guilabert pone en cuarentena las estadísticas publicadas en el Portal de Salud de la Junta de Castilla y León. En particular, se queja de que se haya suspendido el módulo para que personal médico de 55 años pudiera dar un respiro a «la sobrecarga» con la que lidia buena parte del personal galeno.
Ahora sí, metido en la harina crítica, advierte de que los colapsos que se están produciendo en las urgencias del Hospital General no solo están motivados por la gripe. Cree que se han llegado duplicar las esperas. «Hay pacientes que han tardado cinco horas en que les vean», expone el responsable colegial.
Hay un efecto dominó en el que intervienen varios factores. El presidente recuerda que «esta gripe no es peor ni más grave que la de otros años». A su juicio, «lo que falla es que hay colapsos». Es cierto que la infección «ha irrumpido bruscamente». Se ha encrudecido en la semana del 5 al 12, llegando a superar el umbral epidémico al duplicar la tasa de afectados de 44 a 88 por 100.000 habitantes, desgrana Guilabert. Pero también es cierto, añade, que se cerraron camas en el complejo asistencial y que se reutilizan en función de las necesidades. «Deben ser más previsores», reprocha el responsable a Sacyl. El panorama que pinta es que un paciente llega a urgencias y mientras espera una cama ocupa un box que no puede ser usado por otros enfermos que recurren a este servicio.
Enrique Guilabert cita también en esa concatenación de factores la formación de la sociedad. Insta a que la gente acuda primero al centro de salud para que médico de cabecera le trate esa gripe u otras dolencias. Opina que así también se descongestionarían las urgencias hospitalarias. Sin embargo, el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Segovia reconoce que, en la actualidad, la ausencia de sustituciones ha desencadenado un hecho «inaudito».
Se trata de las esperas de hasta cinco días para que una persona pueda ser atendida por su galeno de familia en algunos centros urbanos y semiurbanos. Ante esa tardanza, el paciente decide ir a urgencias, contribuyendo a agravar el atasco.
Guilabert tiene claro donde radica la responsabilidad de esta situación. «El colapso que viven las urgencias no es solo por la gripe, es consecuencia de los recortes». En este sentido, expone cómo el sistema público ha prescindido de residentes de Medicina de Familia, que de catorce se han quedado en cuatro, lo que supone una mayor sobrecarga para los adjuntos.
Éstas iban desde la contratación de especialistas en las especialidades más cortas de efectivos hasta la concertación con clínicas privadas para dar salida a las operaciones atascadas en el canal público. Casi dos años después de aquella batería de propuestas, que también tuvieron su aplicación no sin dificultades y carencias en Segovia, puede decirse que al menos el conflicto se ha logrado contener.
En otras palabras: Hay menos segovianos en lista de espera quirúrgica, por lo que uno de los objetivos se va cumpliendo. Pero las dilaciones no bajan con la contundencia deseada. El ejercicio actual ha echado a andar con 1.731 personas que aguardan una operación. Son 87 menos que un año antes; y 152 menos que hace apenas tres meses, cuando esa nómina rozaba las 1.900 intervenciones pendientes.
En el vaivén estacional en el que fluctúan las listas de espera, el Hospital General dijo adiós al último año con una demora media para entrar en quirófano de 76 días. Es decir, idéntico retraso que en el tercer trimestre de 2013, cuando el plan de choque implantado por Sacyl comenzó a arraigar en la gestión de los centros sanitarios de la región. En este aspecto, la conquista es más tibia, aunque la tendencia de la segundo mitad de 2014 dibuja una curva descendente en los tiempos que hay que esperar para operarse.
Sin embargo, se siguen añorando épocas mejores. Hace tres años, por ejemplo, el tiempo medio de espera quirúrgica era de 39 días.
Entre seis meses y un año
Otro matiz atañe a las especialidades. No todas se comportan igual. Otorrinolaringología y traumatología son las que más atascan la pretendida descongestión quirúrgica. La primera disparó las intervenciones en cartera a lo largo de la segunda mitad del año, acabando con 113 días de retraso medio, un mes más que un año antes. De los 146 casos en espera, 32 llevan apuntados para operarse más de medio año; y otros 43, entre tres y seis meses.
Le sigue traumatología, con 91 jornadas de media para citarse con el quirófano. La buena noticia es que son dos semanas menos que al término de 2013, pero cuatro días más que en el trimestre anterior. La mala y más preocupante es que este servicio acapara el 67% de las intervenciones pendientes (559). Pero sobre todo que 52 de todos esos expedientes arrastran una demora que oscila entre seis y doce meses.
La otra gran bolsa de pacientes en espera quirúrgica se localiza en oftalmología. Al inicio del curso presente había 467 segovianos aguardando una intervención. Lo mejor es que ningún expediente tarda más de 90 días. De hecho, la demora media se ha situado en 65 jornadas, siete más que un año atrás pero cuatro menos que al acabar el verano.
A tenor de las cifras publicadas por la Consejería de Sanidad en el Portal de Salud, urología parece reconducir unos retrasos que se habían disparado. Si bien el Hospital General llama 25 días más tarde que hace un año para pasar por quirófano, el servicio ha conseguido disminuir la dilación acumulada, sobre todo después de las vacaciones estivales, y ha bajado los tiempos de espera de 80 días que había a fecha de 30 de septiembre a los 63 con los que despidió 2014.
Pero lo que hace sacar más pecho a los responsables de la gestión sanitaria en la provincia es que cada vez hay menos operaciones pendientes encuadradas en los distintos niveles de prioridad establecidos por Sacyl en su renovada estrategia. Al término del curso pasado, 115 intervenciones acumulaban demoras por encima de los límites fijados. Ninguna de ellas correspondía a personas cuyo tratamiento quirúrgico, siendo programable, no admite una demora superior a 30 días. Son los casos más imperiosos. La espera que soportaron los treinta pacientes catalogados con esa máxima prioridad fue de dos semanas, cumpliendo con la norma regional.
Prioridades
Es un buen dato que brota ya en el tercer trimestre del año pasado. Entonces el Hospital Gneral fue el complejo de la red regional que menos demora arrastró para intervenir patologías declaradas en ese primer nivel de prioridad, con ocho días de retraso medio para pasar por quirófano. Sin embargo, en ese mismo periodo de tiempo el contraste se produjo con las operaciones de prioridad 2 o lo que es lo mismo, aquellas que por la situación clínica o social admiten una demora relativa, siendo recomendable la intervención en un plazo inferior a 90 días.
Apenas llegó al 70% la cobertura quirúrgica de las 314 operaciones definidas en este patrón asistencial, con una tardanza media que se elevó hasta los 69 días, siendo la dilación más alta de todos los centros hospitalarios de Castilla y León.
La profesionalidad de los equipos en la recta final de 2014 desbloqueó buena parte de ese atasco en la carrera por aminorar los retrasos y aliviar la bolsa de operaciones en cartera. El ejercicio pasado cerró con un porcentaje de realización del 97% de las 166 operaciones de prioridad 2. Y lo más relevante es que el tiempo medio para someterse a la intervención cayó 11 días con respecto a finales de septiembre hasta los 44 días. Solo cinco pacientes alargaron su espera más allá de tres meses.
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