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Miguel Ángel López
Martes, 9 de diciembre 2014, 11:58
Circular a más de 20 kilómetros por hora con una bicicleta de montaña en la Vía Verde Valle del Eresma puede dejar surcos en el pavimento de gravilla. Lo estropea. Y el exceso de velocidad puede reportar una sanción. Por el mal uso. La empresa pública Tragsa ejecuta en este momento la segunda fase de la Vía Verde entre Yanguas de Eresma y Nava de la Asunción. Las obras para acondicionar esta parte de la plataforma de la antigua línea de ferrocarril entre Segovia y Medina del Campo pueden estar terminadas en el primer trimestre del año próximo, pero el primer tramo ya está abierto a los usuarios, desde Segovia capital a Yanguas. Esta infraestructura, de acuerdo con las normas de uso recién aprobadas, está destinada principalmente al senderismo, el paseo y el cicloturismo.
La Vía Verde Valle del Eresma consta de tres tramos, que corresponden a las tres fases de obras que financia el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para la transformación de la plataforma de la línea ferroviaria como vía natural. El primer tramo, de Segovia a Yanguas, tiene en total 24,14 kilómetros que discurren por el término municipal de Segovia y su acondicionamiento, realizado por la empresa pública Tragsa, ha costado 615.254 euros.
Tragsa ejecuta en este momento la segunda fase de la Vía Verde, entre Yanguas de Eresma y Nava de la Asunción, una ruta de 23,5 kilómetros cuyos trabajos supondrán una inversión de 646.000 euros. Falta por completar la transformación del último tramo del trazado dentro de la provincia, casi hasta Olmedo, aunque Maroto indicó que sobre esta última parte de la Vía Verde aún no está determinada la actuación, ya que la Diputación de Valladolid no ha decidido su participación en la parte que corresponde y el Ayuntamiento de Olmedo declinó formar parte de la entidad constituida en Segovia, igual que la Asociación para el Desarrollo Rural Ruta del Mudéjar.
El Consorcio Vía Verde Valle del Eresma lo presiden de forma rotatoria las tres entidades que lo forman (el Ayuntamiento de Segovia, la Diputación Provincial y la Asociación Intermunicipal para el Desarrollo de la Comarca de Santa María la Real de Nieva-Aidescom) y su finalidad es la explotación y gestión en común de las actividades, obras y servicios de la vía.
La vía es de libre acceso, aunque circular por ella está sujeto a determinadas limitaciones para asegurar el uso adecuado, el mantenimiento de las instalaciones y la propia seguridad de peatones y ciclistas. La ordenanza reguladora la aprobó la asamblea del consorcio el 14 de noviembre y, publicada el día 21 en el Boletín Oficial de la Provincia, está en periodo de alegaciones hasta el 30 de diciembre.
La norma establece la circulación peatonal, en bicicleta o en sillas de ruedas, la obligación de pedir permiso para hacerlo en grupo o realizar cualquier prueba deportiva y un apartado de infracciones y sanciones. Y este apartado no es baladí, pues el uso inadecuado de esta infraestructura turística y lúdica puede reportar sanciones de 60 a 1.500 euros, con multas adicionales del 20% que elevarían el importe a 1.800 euros, sin perjuicio de otras posibles responsabilidades penales y administrativas.
Esta infraestructura tiene usuarios desde mucho antes de que comenzaran las obras para acondicionar la plataforma. Casi desde que fue cerrada la antigua línea férrea de Segovia a Medina del Campo en 1993, peatones y ciclistas emprenden camino para recorrer algunos kilómetros.
En la actualidad, numerosos viandantes llegan a diario hasta Perogordo, y muchos ciclistas continúan más allá, pues el primer tramo, desde el Puente de Hierro hasta la estación de Yanguas de Eresma, está terminado hace muchos meses. Es un recorrido muy atractivo, pues como indica la ordenanza, una parte del trazado pasa junto al río Eresma y otra por la llanura y Tierra de Pinares, «con una variedad paisajística muy pronunciada, que se manifiesta en la geología, en la vegetación y en el campo».
El proyecto inicial de recuperación del trazado como vía verde alcanza los 70,6 kilómetros entre las antiguas estaciones de Segovia y de la localidad vallisoletana de Olmedo. Incluido en el programa de Caminos Naturales del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para darle el uso alternativo de senderismo y cicloturismo, el proyecto está en su segunda fase, entre Yanguas de Eresma y Nava de la Asunción, tramo que ejecuta la empresa pública Tragsa y que puede estar terminado a finales de marzo, según indica la concejala de Medio Ambiente, Paloma Maroto, responsable en la actualidad del Consorcio que preside el Ayuntamiento de Segovia hasta abril de 2015.
Objetivos y usos
La finalidad de la Vía Verde es articularla como «eje del desarrollo intercomarcal de la zona» por la que pasa, especialmente en el ámbito turístico, deportivo, cultural, educativo y natural. Además, está pensada para «favorecer el turismo ecológico como vector de desarrollo sostenible, promoviendo los recursos económicos, el fomento del empleo y el turismo familiar de calidad, natural y respetuoso», pues además de «fomentar el ejercicio, el deporte y la vida sana de sus ciudadanos transitando por vías seguras», entre sus objetivos figura el de «conformar en la ciudadanía una conciencia conservacionista del medio ambiente».
Con estos objetivos de la exposición de motivos, la ordenanza regula los usos de la Vía Verde Valle del Eresma, destinada a «su utilización como ruta turística, ecológica y deportiva, para la práctica del senderismo, el paseo, la observación de la naturaleza, el cicloturismo y aquellas actividades deportivas o de turismo activo que sean compatibles».
Utilización y vigilancia
El uso individual no requiere ninguna autorización previa, pero sí la de pruebas deportivas o cualquier actividad de grupos o asociaciones, para lo que será necesario solicitarla con una antelación mínima de 30 días al Consorcio de la Vía Verde.
La ordenanza, además, establece tanto los usos autorizables como los prohibidos, además de un régimen sancionador que fija las infracciones y su compensación, tanto en cuantía económica como en la reparación de los posibles daños por los autores. La norma es muy clara cuando determina que la circulación en la Vía Verde está reservada para peatones, bicicletas y sillas de ruedas, con una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora y con el paso excepcional de los vehículos de mantenimiento autorizados, dando prioridad siempre a los usuarios a pie porque son los más frágiles y, tras éstos, a quienes circulen en bicicleta. Solo tendrán preferencia los vehículos oficiales cuando actúen en casos de posibles emergencias o eventualidades.
La vigilancia de las posibles infracciones corresponde a la Policía Local en el término de Segovia, y a la Guardia Civil (Seprona), agentes medioambientales de la Junta y la guardería fluvial en el resto del recorrido. Los comportamientos inadecuados que detecten serán sancionados por el Consorcio.
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