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virginia gómez
Sábado, 11 de octubre 2014, 13:01
Con la tensión reinante aún en Pinarejos por el incendio que arrasó casi 30 hectáreas de pinar y tierra de labor, que acabó con las ilusiones de muchos pequeños propietarios y resineros, la Delegación Territorial de la Junta promete iniciar este invierno una campaña de inspección por todas las granjas avícolas de la provincia. En una de ellas, una de las cinco o seis que alberga el municipio pinarejano, se originó el fuego más virulento de la última campaña de incendios forestales, que el pasado 8 de agosto obligó a desplazar a 70 personas y cuatro helicópeteros para extinguir las llamas, así como a cerrar la carretera SG-V-3322 durante 45 minutos.
Las investigaciones revelaron días después que una negligencia fue la causa del siniestro. Según indicó ayer el delegado territorial de la Junta, Javier López-Escobar, no se retiraron del todo los rescoldos de la estufa de calefacción en la que comenzó el fuego, que se propagó por los terrenos aledaños y acabó no solo con miles de pinos, sino además con la moral de los vecinos, que vieron cómo la tragedia de años atras, por motivos similares, se repetía sin que las administraciones tomaran medidas para atajar el problema.
El último capítulo en Pinarejos ha servido no obstante para marcar un antes y un después. Con la lección aprendida, la Junta quiere romper una tendencia que se ha convertido en frecuente en los últimos ejercicios, la de que un motor de desarrollo rural y de asentamiento de población como son las granjas avícolas se conviertan en amenaza para el medio rural. Cinco incendios forestales han tenido origen en los últimos años en estas instalaciones, que requieren tener la calefacción encendida incluso en verano, cuando el riesgo de fuego es mayor. La mayoría, como advirtió López-Escobar, son explotaciones antiguas que no se han modernizado, carecen de control sobre sus materiales y están próximas a terrenos forestales, con el consiguiente riesgo que ello conlleva. La campaña de inspección, que prevé estar lista ante de la próxima campaña estival, se va a desarrollar con medios propios de la Delegación e incluye la redacción de un censo de granjas avícolas, cuya cifra se desconoce, la revisión de los expedientes de las licencias ambientales mediante encuestas a los ayuntamientos y visitas a las explotaciones por parte de agentes medioambientales.
La jefa de Protección de la Naturaleza de la Junta, Marta Jerez, explicó que es necesario comprobar los sistemas de calefacción, la gestión y acopio de los combustibles que se emplean en las estufas, la presencia o ausencia de elementos de prevención y detección de incendios, las medidas de seguridad y las distancias a superficies forestales y masas arboladas.
Posibilidad de sanciones
De momento, la Junta no será exigente en esta primera campaña y se limitará a informar a los propietarios sobre la normativa autonómica y estatal existente y revisar el cumplimiento de la licencia ambiental, con el fin de sacar unas conclusiones y recomendaciones sobre las medidas que se han de adoptar. La infracción reiterada dará lugar no obstante a sanciones e incluso a la clausura de la instalación, según anunció el delegado territorial, quien recordó que en el caso de la explotación de Pinarejos ya existían alertas sobre el riesgo que entrañaban las condiciones de la granja y que se había solicitado la intervención de la administración. El Gobierno regional ha tomado finalmente cartas en el asunto y, con la lupa en las granjas avícolas, trabaja ya para evitar que el fuego tanga su origen en ellas.
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