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Aspecto actual del embalse del Pontón Alto a la altura de la presa. El nivel está por debajo del que tenía hace un año al tener embalsados 3,9 hectómetros cúbicos, el 52,7% de su capacidad total.
Segovia recibe agua con mal sabor y olor por las algas del Pontón, pero es apta para el consumo

Segovia recibe agua con mal sabor y olor por las algas del Pontón, pero es apta para el consumo

El Ayuntamiento, que realiza bomberos desde Madrona, garantiza que toda la que llega a las casas es potable

Miguel Ángel López

Martes, 7 de octubre 2014, 11:56

El problema ha vuelto. Algo más tarde que el año pasado, el agua que llega a muchos hogares de Segovia vuelve a tener un olor y sabor nada agradables. Se debe a la proliferación de algas en el embalse del Pontón Alto, un fenómeno que en 2013 comenzó a detectarse a primeros de septiembre y que aportaba al agua un ligero olor a moho y un sabor atípico. Este año se ha notado a finales del mes pasado, y desde el 1 de octubre el Ayuntamiento ha tomado la medida de suministrar el agua de consumo desde los pozos del acuífero de Madrona, aunque no ha comunicado la situación hasta que no han comenzado a llegar las quejas a las concejalías de Participación y Medio Ambiente. La responsable del área, la concejala Paloma Maroto, señala que la situación está resuelta, si bien el agua no recuperará sus condiciones normales de sabor y olor hasta que no queden limpios de algas los depósitos y tuberías de las viviendas, e insiste en que el agua «es potable y apta para el consumo, lo ha sido en todo momento»..

El mal olor y sabor del agua se nota sobre todo en caliente, en la ducha o al utilizarla para lavar, y algo menos al beberla fría. Pero no ocurre en todos los barrios de Segovia. Los que reciben el suministro desde las instalaciones del Rancho el Feo, con agua procedente del embalse de Puente Alta, no tienen este problema. Son los de Nueva Segovia, La Albuera, San José y el nuevo de Comunidad de Ciudad y Tierra. En los demás, en unos más que en otros, sí se aprecia que las características organolépticas del agua no son las normales, huele y sabe como «a verdín», reconoce Maroto, y cuando se deja reposar se aprecia en el fondo el color verdoso de las algas. Las quejas, sin embargo, no han llegado al Ayuntamiento hasta el pasado viernes.

«Lo lógico es que vaya remitiendo a medida que se vayan limpiando las conducciones», apunta la concejala, que garantiza que el agua ha sido siempre debidamente tratada en la estación potabilizadora (Etap) que gestiona la empresa Aqualia en los depósitos, igual que en la del Rancho el Feo, y los análisis se realizan a diario. Así, es previsible que desaparezca antes el problema en las zonas con mayor demanda de agua y que «en cuestión de unos días» ya no se aprecie en ninguna parte de la ciudad. Además, el Ayuntamiento y la empresa están obligados a comunicar cualquier incidencia a la población, ya que la norma establece que los consumidores deben recibir información oportuna de la calidad del agua de consumo, las situaciones de excepción, medidas correctoras y cualquier circunstancia que pueda implicar un riesgo para la salud.

El año pasado la solución fue mezclar al principio el agua del embalse de Revenga, el de Puente Alta, con la del Pontón Alto, en una proporción del 80% y el 20%, para al final realizar el suministro de los barrios afectados casi exclusivamente con los pozos de Madrona. Esta es la solución más cara, porque requiere utilizar el bombeo para extraer el agua y luego llevarla a los depósitos, pero es la que se ha adoptado esta vez desde el principio porque «ya entonces se comprobó que era la más efectiva».

Paloma Maroto y los técnicos de Medio Ambiente descartan que haya otra causa para este cambio en las condiciones del agua de consumo, a pesar de que en los depósitos de la carretera de La Granja se están llevando a cabo unas obras para mejorar los filtros de arena. «Esto no afecta al olor y sabor del agua; se debe de nuevo a la proliferación de algas en el embalse del Pontón Alto. Pensábamos que este año, con los cambios de temperatura y la llegada del otoño, nos habíamos librado, pero ya se ha visto que no ha sido así».

No obstante, Maroto destaca que «la solución se ha aplicado desde el primer momento y no ha habido ningún problema de potabilidad, la intensidad de olor y sabor, además, no tiene nada que ver con la situación del año pasado, y lo normal es que quede resuelto el problema del todo con el paso de los días, antes si llegan las lluvias».

«De calidad excepcional» en condiciones normales

  • características

  • La mayoría de los segovianos beben agua del grifo, reposada o filtrada. Los mayores mantienen que siempre ha sido de gran calidad porque al proceder de la sierra es muy blanda, no tiene cal y es limpia, de poca turbidez. Pero hay muchos también que la prefieren embotellada aunque su coste sea mucho mayor, que sostienen que no es de buena calidad o que lo hacen por costumbre después de algún episodio de turbidez.

  • Esta desconfianza sobre la calidad del agua de Segovia no tiene motivo, según han manifestado cuando tienen ocasión la concejala de Medio Ambiente y Obras, Paloma Maroto, y los responsables de la empresa Aqualia Gestión Integral del Agua SA, adjudicataria del contrato de gestión y mantenimiento de las dos estaciones de tratamiento de agua potable de la ciudad, la del Rancho del Feo y la de los depósitos de la carretera de La Granja. Sostienen que, en condiciones normales, «la calidad del agua de Segovia es excepcional».

  • En los informes está calificada como «muy blanda», pues su grado de dureza (cantidad de sales de carbonato cálcico) es inferior a 38 miligramos por litro, lo que equivale a 2.13 grados alemanes y a 3.8 grados franceses, las dos escalas en las que se mide este parámetro. Es decir, su contenido en cal es mínimo, es un agua de mineralización muy débil. Aqualia realiza frecuentes análisis y una supervisión cada hora de la cloración (con hipoclorito sódico y gas cloro) y toma muestras de diferentes puntos para verificar la calidad. Claro que el agua no sabe igual en todas partes. Aparte del cloro para garantizar su desinfección, pueden darle un sabor distinto las cañerías de las casas (por su antigüedad y otros factores), y depende de la época del año o de las lluvias.

  • En un porcentaje muy elevado los resultados de los análisis son óptimos, según comentan Paloma Maroto y Marta Sánchez, técnico de Aqualia. Solo en los meses de verano y en los años de mayor estiaje, cuando desciende mucho el nivel de los embalses, suben un poco los índices de manganeso y de hierro, pero nunca ocasionan problemas para la salud y se corrigen con los tratamientos adecuados.

Es probable que todas las poblaciones del alfoz de Segovia que se abastecen desde el Pontón Alto estén teniendo el mismo problema. En Segovia capital, Aqualia analiza el agua a diario, como exige la normativa sanitaria; para valorar las características de olor, sabor y turbidez realiza análisis dos veces por semana, y otros 120 al año sobre la calidad organoléptica y microbiológica y de la eficacia de los tratamientos de potabilización.

Sin embargo, queda pendiente el informe que solicitaron hace un año el Ayuntamiento de Segovia, los que forman la Mancomunidad de La Atalaya, el del Real Sitio de San Ildefonso y Patrimonio Nacional a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) sobre las causas de la proliferación de algas en el Pontón Alto, algo que no sucede en el de Revenga. La petición, realizada con el ánimo de prevenir las causas y que no hubiera más episodios, no ha tenido aún respuesta.

Paloma Maroto indica que «el objetivo era evitar esta proliferación de algas y tomar medidas preventivas, pero la CHDno nos ha concretado el informe». La información que les han trasladado es que «la diferencia de temperaturas entre el día y la noche y un mayor movimiento de la masa de agua (en el embalse) puede producir esta reacción». Pero nada más.

También hace un año, el portavoz de IU solicitó que se investigar si en la proliferación de algas pudiera influir la existencia de algún posible vertido de la depuradora de aguas residuales de La Granja de San Ildefonso, situada en la cola del embalse.

En la mayoría de los casos , el fenómeno de la proliferación de algas en los embalses es consecuencia de las altas temperaturas y de la eutrofización, es decir, del enriquecimiento del sistema acuático con nutrientes, sobre todo con fosfatos y nitratos que pueden tener las más diversas procedencias.

Reservas suficientes

Es posible que también haya podido haber influido este año el menor volumen de agua embalsada en el Pontón Alto, pues si hace un año tenía 4,5 hectómetros cúbicos a fecha del 2 de octubre la cantidad era de 3,9 hectómetros, el 52,7% de su capacidad total. No obstante, Paloma Maroto comenta que no se prevén problemas de abastecimiento pues hay reservas suficientes entre el embalse de Revenga, al 65% de su capacidad, y los pozos de Madrona.

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