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diana gil
Domingo, 31 de agosto 2014, 12:46
Rosa María Boal (Chañe, Segovia) es doctora y profesora de Psicología en la Universidad Internacional Isabel I de Castilla de Burgos. En el año 1998 puso en marcha en Madrid IDT Gabinete de Psicología y en el año 2008 publicó su primera obra, Separación y divorcio. De la desolación al autocrecimiento. El pasado mes de mayo publicó su segundo libro Parejas rotas, hijos heridos, de la Editorial San Pablo. Boal asegura que es muy importante el diálogo con los niños y «contarles el motivo de la separación para que lo entiendan» ya que muchos podrían sufrir «inseguridad y desprotección». Por ello, «hay que prepararles antes del divorcio, y durante él ayudar y pedirles opinión». La escritora explica que cuando uno de los dos progenitores encuentra una nueva pareja, «los hijos se lo toman muy mal, porque siempre tienen la esperanza de que sus padres se vayan a juntar».
¿Por qué decidió escribir este segundo libro?
Porque llevo 25 años trabajando con niños y veo cómo sufren y se callan. Muchos padres no entienden el silencio de sus hijos y no saben qué les pasa. Entendí que había una necesidad de crear un puente de información entre hijos y padres, para que comprendieran las señales de sus hijos. El haberme fijado en niños de padres separados es porque después de la separación se crean relaciones muy difíciles.
¿Los niños cuánto más mayores son mejor lo comprenden?
La separación de los padres siempre es muy difícil de entenderla a cualquier edad. Es verdad que cuando una persona es madura lo va a aceptar mejor. La adolescencia es muy difícil y es difícil que acepte la separación, porque no es la separación de los padres, es la ruptura de su familia ya que su contexto se rompe. Solo se acepta de mejor manera si antes ha habido mucho conflicto y tensiones, porque aquí se ve la parte positiva de encontrar un alivio. Los hijos viven una doble ruptura, la de que sus padres se separan y que ellos se separe de uno de los dos progenitores.
¿Y cómo manifiestan los adolescentes que no aceptan la ruptura?
Generalmente con agresión, se enfadan y culpan, a veces hacen lo contrario con depresión y silencio. La conducta puede ser rebeldía, desobediencia, mal comportamiento y el 90% en el primer año tienen fracaso escolar. Si no se supera puede ir a más con conductas más desadaptativas como el alcohol.
¿Y los más pequeños?
Todos los niños que van al colegio bajan el rendimiento escolar. También muestran rebeldía, y sobre todo pesadillas, miedo, inseguridad y desprotección. Los más pequeños lo demuestran con dolores de cabeza, de tripa, molestias físicas...
Y cuando culpan a uno de los dos progenitores, ¿a cuál de los dos?
Normalmente al que ha tomado la decisión y se ponen a favor del que no la ha tomado, porque es el culpable de haber roto la familia. E incluso pueden llegar a dejar de hablarle.
¿Y eso implicaría que los niños no quisieran ir con el otro progenitor?
Podría ser una de las razones cuando sale de él mismo, pero a veces también es inducido por el otro progenitor al dejar la comunicación. También puede ser por prohibición externa, ya que el niño obecede a uno de ellos.
¿Y cómo actúa uno de los padres cuando el hijo no quiere verle?
Los padres que quieren ver a los hijos luchan por ellos y hacen todo lo que está en su mano, porque dejar la relación con los hijos es lo que más duele. Cuando el niño no quiere ir por decisión propia hablan con el otro progenitor. Hay otros que dicen que la lucha les supera y se van cuando ven que no pueden y deciden alejarse.
¿Y la separación puede afectar a relaciones futuras al niño?
Sí, está totalmente investigado que los hijos de padres separados tienen menos confianza en el matrimonio y en la relación. Puede ocurrir que al ser hijos que han sufrido tanto que no quieren que sus hijos pasen lo mismo que ellos.
¿Qué ocurre después de la separación si uno de los progenitores vuelve a encontrar pareja?
Los hijos se lo toman muy mal, porque siempre tienen la esperanza de que sus padres se vayan a juntar. Es muy frecuente escuchar a los padres que han encontrado una nueva pareja que no la aceptan. Porque aunque sus padres estén separados, piensan que es un inconveniente para que vuelvan a unirse. Es frecuente también que rompan porque los hijos se oponen.
De todos los consejos de su libro ¿cuál es el más importante?
Que los hijos deben estar fuera de la lucha del divorcio y deben tener libertad absoluta para poder hablarse con su padre, su madre, o sus abuelos. Y no se les debe utilizar como correos y preguntarles qué ha hecho uno o el otro. También deben contarles el motivo de la separación para que lo entiendan, ya que hay que prepararles antes del divorcio, y durante él ayudar y pedirles opinión. Los niños no se olvidan nada de la infancia, queda impregnado en su mente.
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