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Ricardo Rábade
Lunes, 16 de enero 2017, 11:06
La acalorada división de opiniones y el palpable enfrentamiento dialéctico entre los partidarios y los detractores de mantener el medallón del general ferrolano y jefe del Estado español entre los años 1939 y 1975, Francisco Franco Bahamonde, en los arcos de la Plaza Mayor se ha acentuado todavía más en los últimos días. Este clima de tensión envolverá la sesión que celebra hoy la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, que se reúne esta mañana para intentar fijar su postura en torno a la necesidad de suprimir o no el controvertido medallón del ágora monumental.
En realidad, la última palabra en este espinoso conflicto la tiene precisamente la Comisión Territorial de Patrimonio, que tiene previsto dictar hoy una resolución provisional sobre el medallón. Para argumentar sus tesis, ha solicitado un informe previo sobre su valor artístico al profesor de Historia del Arte de la Universidad de Salamanca, Antonio Casaseca. La retirada del medallón implicará necesariamente el voto unánime de todos sus miembros.
Interés cultural
La Fundación Nacional Francisco Franco ha irrumpido en medio de este espinoso conflicto, teñido y salpicado por evidentes connotaciones ideológicas, trazando una encendida defensa de la continuidad del medallón en la Plaza Mayor. Su hasta ahora vicepresidente ejecutivo y miembro de su patronato, el abogado Jaime Alonso, esgrime «tres consistentes razones» para defender la permanencia de este elemento en el pabellón real del ágora monumental, que se encuentran recogidas como exenciones en el artículo 15.2 de la Ley de Memoria Histórica que auspició el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. «Hay razones artísticas, hay razones arquitectónicas y hay razones artístico-religiosas protegidas por la ley», subraya Jaime Alonso.
A juicio de este letrado y portavoz de la fundación que preserva la memoria y la obra de Franco, la Comisión Territorial de Patrimonio «debe proteger todos los bienes de interés cultural catalogados como tales, por la pertenencia formal y material de los símbolos y monumentos públicos al patrimonio cultural». Y lo debe hacer «con independencia de su categoría, clasificación y normativa reguladora» y por «la naturaleza inmobiliaria de los símbolos y monumentos públicos» recalca Jaime Alonso.
Alonso indica que este medallón está afectado y, por lo tanto, protegido por las disposiciones contenidas en la Ley 33/81 de 5 de diciembre, en el Real Decreto 2964/1981, de 18 de diciembre, y en el Decreto 571/1963, de 4 de marzo. Por todo ello, esta fundación adelanta que acudirá a los tribunales y presentará un recurso por la vía contencioso administrativa en el supuesto de que, finalmente, la Junta autorice al Ayuntamiento a retirar el medallón. «Si este asunto se judicializara avanza Jaime Alonso solicitamos ser parte la fundación, al considerarnos una asociación cuyo interés legítimo colectivo es el respeto y el reconocimiento de la obra y la memoria de Francisco Franco». La fundación está dispuesta a elevar su causa ante el Tribunal Superior de Justicia y Castilla y León y, en el caso no de prosperar, recurriría al Tribunal Supremo y, si hiciera falta, ante las instancias del Tribunal Europeo de Estrasburgo.
En el supuesto de que Patrimonio se muestre proclive a conservar su actual ubicación, la fundación confía en que el Ayuntamiento acate el acuerdo y no ponga ningún tipo de trabas. «Ningún emplazamiento puede sustituir a su original, y ninguno sería merecedor de la historia y la cultura como patrimonio de los españoles, que tiene la ciudad de Salamanca y su plaza fortificada», proclama Jaime Alonso.
El letrado considera que la retirada del medallón solo servirá para «encanallar la convivencia» y «revivir, como si fuera real, una guerra civil ocurrida hace 80 años», levantando «muros de incomprensión, de enemistad cainita y de odios ancestrales». Además, augura que «si esto se hace desde los poderes públicos, con fines partidistas, y se jalea en los medios de comunicación afines, la siembra del enfrentamiento irracional está servida».
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