Secciones
Servicios
Destacamos
Cecilia Hernández
Lunes, 21 de diciembre 2015, 13:02
La puesta en marcha esta semana del tren Alvia hasta Madrid a través de Medina del Campo ha hecho recordar aquellos tiempos en los que el ferrocarril llegó a Salamanca. Precisamente, la primera línea que se puso en marcha fue la que llegaba a Medina, a través de estaciones de la provincia como la de El Pedroso de la Armuña. El 26 de agosto de 1877 la capital charra pasaba a estar por fin conectada por tren, una obra que se inauguró oficialmente días después, el 1 de septiembre, con la presencia del rey Alfonso XII.
Es curioso comprobar si se observan los registros históricos que la estación de ferrocarril, convertida ahora en un moderno centro comercial, esperaba la llegada de ese primer tren desde más de diez años antes, ya que fue construida entre 1880 y 1886, en terrenos cercanos a la Calzada de Medina.
Hablamos de cruces, calles, terrenos y orografías urbanas hoy ya desaparecidas bajo el asfalto y las comunicaciones modernas. Así, la asociación Zoes recordaba estw fin de semana el paso del tren por la zona que hoy ocupa el Barrio del Oeste, en la intersección entre la Avenida de Italia y la Avenida de Portugal, donde fotografías, no tan antiguas como puede parecer, atestiguan la existencia de un paso a nivel.
La reforma de la Avenida de Portugal realizada tras la construcción del aparcamiento subterráneo dejó algunos elementos ferroviarios entre el mobiliario urbano como testigo y memoria de aquella línea del tren. Y el sábado los vecinos del Oeste quisieron aportar también su recuerdo a través del Jardín Sonoro, creado por el grupo Zoes en Verde. Un rincón para tener siempre presente la memoria de un barrio a través también de testimonios de los vecinos que conocieron el paso del tren por sus calles.
Los árboles del entorno recogen esos recuerdos, que viajan desde la ayuda que pequeños borricos ofrecían a los vagones cuando la locomotora no funcionaba hasta desgracias como el accidente de Villar de los Álamos, del que se han cumplido en estos días 50 años.
La línea férrea determinó durante décadas -y, en cierta medida, lo sigue haciendo- la estructura y el desarrollo urbano de la ciudad. Así se cuenta, por ejemplo, en el blog Salamanca en el Ayer. Tras la apertura de la línea a la frontera de Portugal, esa que ahora quiere recuperarse a toda costa, el ferrocarril impidió el crecimiento por el norte, mientras que la vía férrea de la Plata, la que iba hasta Plasencia al sur y Zamora al norte, restringió durante tiempo la extensión urbana hasta el este. De igual modo, la construcción de la línea férrea hasta Portugal influyó en la creación del parque de La Alamedilla, que a finales del siglo XIX era un terreno en el que existía una gran hondonada y que colindaba con las vías del tren. Durante tiempo sirvió como lugar de almacenaje de materiales y, más tarde, se llenó de escombros para dar lugar al parque.
Publicidad
Óscar Beltrán de Otálora y Josemi Benítez (Gráficos)
Lourdes Pérez, Melchor Sáiz-Pardo, Sara I. Belled y Álex Sánchez
Cristina Cándido y José A. González
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.