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Cecilia Hernández
Jueves, 17 de diciembre 2015, 12:21
El Comedor de los Pobres de Salamanca vive en estos días sus momentos más intensos del año. La Navidad es una época especial en la que se acrecientan las necesidades y, también, las soledades, por lo que la entidad solidaria multiplica durante estas semanas sus esfuerzos para llegar a todos y suplir, en la medida de lo posible, las carencias de las personas que llegan a sus puertas solicitando ayuda.
La nueva sede en el Paseo de la Estación, inaugurada hace pocos meses, ha facilitado en gran medida este trabajo, ya que ha dotado al Comedor de más espacio pero, también de más visibilidad social. Al cambiar el antiguo bar de la calle Juan de Villoria por este local, más céntrico y más expuesto, la institución se ha acercado a muchas personas que desconocían su existencia. Así lo comenta la coordinadora y trabajadora social del Comedor de los Pobres, Rocío Ledesma, que recalca que en estos meses, desde que abrió el nuevo local, ha llegado mucha gente nueva. «Al estar en un sitio más visible nos llegan más personas, o gente que conoce a alguien que lo está pasando mal y entra a preguntar si puede recurrir a nosotros».
Con respecto a las festividades que se acercan, hay que destacar que el Comedor de los Pobres prepara ahora mismo el gran reparto navideño de alimentos, que tendrá lugar el sábado 19, entre las 11:30 y 13:30 horas. El objetivo es que «todo el mundo en Navidad tenga lo mínimo para pasar estos días con dignidad». Por ello, los voluntarios del Comedor harán entrega de lotes con productos básicos de alimentación pero también con productos navideños, como embutidos, latas o frutas en almíbar.
En total, se repartirán lotes para cerca de 300 familias, «unas 600 o 700 personas», explica la coordinadora, que sumados llegan a la cifra de 10.000 kilogramos de alimentos. «Y no llegamos a más porque tenemos una estructura limitada, tanto en infraestructura como en voluntarios, así que es imposible», señala Rocío Ledesma. En este sentido, cabe remarcar que el Comedor acepta siempre nuevos voluntarios, tanto para preparar comidas como para entregar los lotes que cada día se reparten en su local. También aceptan todo tipo de donaciones de alimentos, ropa o juguetes que se les quieran hacer por parte de particulares o instituciones. De hecho, en el reparto de alimentos del sábado, las familias con niños recibirán juguetes y prendas de vestir.
Seguimiento personalizado
Por supuesto, estos lotes de alimentos no se entregan porque sí. Para poder acceder a uno de ellos es necesario presentar la tarjeta que el Comedor entrega a cada una de las personas cuya situación se ha estudiado. Porque esta institución no sólo se encarga del reparto de alimentos sino que mantiene un seguimiento personalizado del caso de cada persona que llega a sus puertas, tanto con ayuda psicológica como orientada a mejorar la reinserción en el mundo laboral.
¿Advierte una institución como esta ese cambio económico que se pregona desde hace meses? Rocío Ledesma es clara al respecto. «Se nota que hay más movimiento, más rotación de personas, la gente se va situando pero llegan nuevos, o nos llegan algunos que habían conseguido salir durante un tiempo». Y es que los trabajos que se consiguen «no dan para mucho, no tienen futuro», así que las personas se instalan «en una rueda», en la que intercalan tiempo trabajando, con tiempo en el paro, quien puede acceder a una prestación, y con tiempo de nuevo en las instituciones de ayuda.
Cena de Nochebuena
Otro momento especial del Comedor de los Pobres es cada año la cena de Nochebuena que se ofrece en sus instalaciones. Y la gran novedad de este año es que, por vez primera, esa cena va a llegar a más personas que nunca. Unas 400 personas tendrán una Nochebuena como mandan los cánones, y un centenar podrán disfrutarla en el propio local del Comedor, en el Paseo de la Estación. Otros años, las estrecheces del antiguo bar de Juan de Villoria apenas permitían que se reunieran allí 20 personas. Y, como es tradición, acompañando a esas 100 personas estará el obispo de la Diócesis de Salamanca, Carlos López.
Una veintena de voluntarios prepararán durante el día 24 el menú, decorarán el Comedor y ayudarán a servir la cena, y algunos de ellos se quedarán también a compartir esa noche tan especial con los que menos tienen. Todas las personas que deseen participar en la cena tienen que recoger la invitación durante estos días en el Comedor. «Normalmente las personas que cenan aquí son los que no tienen casa o los que tienen más dificultades en su hogar», explica Rocío Ledesma. El menú que se servirá en esta cena constará de entrantes, langostinos, crema de marisco, lomo a la naranja o merluza, más los típicos dulces navideños y tartas donadas por pastelería Gil.
Por último, en los próximos días el Comedor de los Pobres, institución perteneciente a la organización Misioneros Amigos del Silencio, anunciará la recaudación obtenida durante el rastrillo solidario que desarrolló la semana pasada. A falta de conocer los datos exactos, Rocío Ledesma afirma que las sensaciones han sido muy positivas y que el rastrillo ha concluido «con mucho éxito».
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