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Silvia G. Rojo
Martes, 28 de julio 2015, 12:25
El próximo sábado se cumplirá el quinto aniversario de la declaración de la zona arqueológica de Siega Verde como Patrimonio de la Humanidad. Desde hace varios años, la Asociación para el Desarrollo de la Comarca de Ciudad Rodrigo (Adecocir) es la encargada de gestionar las visitas a este enclave y según recuerda Kety Ratero, técnico de este Grupo de Acción Local, «la noticia la conocimos un 1 de agosto por la tarde; Siega Verde era declarada como Patrimonio de la Humanidad como extensión de Foz Côa, y todos aquellos días habíamos estado expectante y, finalmente, se produjo la declaración».
Desde la Asociación para el Desarrollo de la Comarca de Ciudad Rodrigo no van a dejar pasar por alto esta conmemoración y tanto el sábado como el domingo, días 1 y 2 de agosto, celebrarán unas jornadas de puertas abiertas cuyo único requisito para acudir es inscribirse previamente.
En un primer momento, se hablará a todos los asistentes de lo que van a ver y harán un pequeño recorrido por esa época de la historia para que todos puedan ubicarse y disfrutar mucho más de la visita. Posteriormente, recorrerán un total de ocho rocas, de las 14 que se pueden visitar, ya que tampoco se trata de extender demasiado el paseo por Siega Verde.
Por último, tanto niños como mayores, pues son muchas las familias que están de vacaciones en esta época del año, podrán participar en los talleres programados y recibirán un obsequio como recuerdo.
Camino por andar
Cinco años después de aquella declaración, Kety Ratero reconoce que «hay más visitas pero queda mucho camino por recorrer», y sobre este aspecto aclara que, «aparte del tema de patrimonio, lo que buscamos desde Adecocir es que ese patrimonio repercuta en toda esta zona y es, en ese sentido, en el que queda mucho camino por andar».
El año pasado, el yacimiento cerró con unas 6.000 visitas cuando hace cinco años no llegaba ni a las 4.000, aunque bien es cierto que no es suficiente, «no podemos sobrevivir de esas visitas sin el apoyo de las administraciones», asegura la técnico del Grupo de Acción Local.
Hasta Siega Verde llegan personas de todo tipo, «hay un perfil general de aquella persona que tiene un cierto interés, pero es verdad que cada vez son más las personas especializadas en arte paleolítico, las que visitan el yacimiento».
Los colegios están siendo, igualmente, visitantes asiduos y, para Kety Ratero, «se puede decir que Siega Verde se ha estabilizado como recurso educativo y prácticamente todos los niños de la provincia conocen el yacimiento».
El trabajo ha sido constante con los escolares y además, se han desarrollado conferencias no solo en la provincia para dar a conocer este espacio, en el que también se realizan talleres de arqueología para que luego les sirva de apoyo en los estudios.
En el caso de los grupos de niños, suelen ser de 50, pues tal y como indica esta mujer, «tampoco conviene que se convierta en el Benidorm del Águeda, hay que cuidar muchísimo estos sitios». Ésa es una de las primeras premisas que se trabaja con los niños, la conservación, y por eso nada más llegar reciben pautas en cuanto a conservación o paisaje.
Esos grupos se dividen en dos partes y uno de ellos visita cinco de las rocas mejor conservadas y el otro visiona un audiovisual y a través de un taller tocan aspectos de la vida del paleolítico superior relacionados con el clima, la vida cotidiana y, por supuesto, el propio arte. «Hemos conseguido que no vean solo la cueva y eso es importante, ahora ya saben que vienen a ver grabados y vamos llegando a esos resultados, también con la gente del área de Siega Verde aunque a la gente mayor le va a costar algo más», resume esta especialista en Siega Verde.
Sin duda alguna, el grabado que más éxito tiene entre niños y mayores es el número cinco, el situado junto al puente, porque es en el que mejor se aprecian todos los detalles. De cara a los próximos años, Kety Ratero afirma que el reto es «tener un poquito más de visitas y de ayudas ya que llegamos al final de un programa». Por otra parte, el objetivo también debe ser dar a conocer este enclave pues, «de momento, sigue siendo el patrimonio mundial de España menos conocido y creo que se merece un poco más», reflexiona, «por hacer una comparación, es la Altamira al aire libre y junto al Côa son las mayores muestras al aire libre del paleolítico superior».
Siega Verde se encuentra en las márgenes del Río Águeda, unos 15 kilómetros aguas abajo de Ciudad Rodrigo, cerca del puente y viejo molino del mismo nombre, donde el curso del río tiene su último vado antes de encajarse en las Arribes y en el que permanecen pozas con agua incluso en los momentos de mayor estiaje. Es un lugar especial, elegido por los hombres de la Prehistoria por tratarse de una zona de paso y un privilegiado punto de control y observación de los animales que acudirían a este abrevadero permanente. El enclave fue descubierto en 1988 por el profesor Manuel Santonja, gracias a unas prospecciones arqueológicas.
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