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Óscar Martín a bordo del avión desde el que vio el eclipse.
Volar al encuentro del eclipse

Volar al encuentro del eclipse

Óscar Martín relata su visión del fenómeno solar a bordo de un avión

Cecilia Hernández

Lunes, 23 de marzo 2015, 12:46

«Me faltan las palabras para describirlo». Y es que no debe ser fácil, hay que reconocerlo, verbalizar aquello que se ha sentido observando un eclipse total de sol a bordo de un avión. Óscar Martín Mesonero fue uno de los tres españoles que tuvo tal privilegio y, como apunta, no le es sencillo definir la aventura. «Hay muchas cosas que se ven desde el aire que no se ven desde la tierra», comenta este experto cazador de eclipses, que ya cuenta con siete de estos momentos en su haber. ¿Lo más espectacular? «La sombra de la luna avanzando sobre el manto de nubes». Ver, señala el salmantino, como una parte del cielo permanece de día y otra, de noche mientras el satélite avanza impertérrito directo a bloquear la luz solar.

«Nada se puede comparar con un eclipse total, ni siquiera un parcial al 99%», afirma Martín Mesonero. El momento en el que la luna cubre al sol y se produce el llamado efecto anillo de diamante precede a la ocultación completa. «Se hace de noche, salen las estrellas en el cielo, vimos claramente a Venus, es indescriptible». Un fenómeno inolvidable que compartió con 60 cazadores de eclipses de toda Europa en un avión que partió de Düsseldorf, en Alemania. En total, fueron 20 las aeronaves que despegaron para llevar a los enamorados de estos fenómenos espaciales lo más cerca posible de su objetivo, por encima de las traicioneras nubes que cubrieron las únicas zonas terrestres por las que pasaba la franja de totalidad del eclipse: islas Feroe y parte de Islandia.

«Volamos en formación de columna, unos aviones por encima de otros para que no nos molestáramos durante la observación», explica asimismo Óscar Martín.

Por su parte, el sol cumplió con su papel y se mostró bastante activo durante el día del eclipse, circunstancia que permitió observar una hermosa corona solar, con las llamaradas enmarcando el contorno de la luna. Una ocasión que sólo se da durante los eclipses totales, cuando la atmósfera del Sol es visible a simple vista durante los escasos minutos en los que la luna se interpone entre el astro rey y la Tierra.

Y ahora, concluida esta experiencia, ya hay que prepararse para la próxima. Así, el salmantino, presidente de la asociación OSAE e integrante del grupo de expediciones científicas SAROS, partirá en marzo del año que viene hacia Indonesia, donde se podrá contemplar un nuevo eclipse total del sol, inapreciable en España. Ese y el que tendrá lugar el 21 de agosto de 2017 sobre Estados Unidos, son las grandes citas para los cazadores de eclipses de todo el mundo en los años venideros.

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