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maría jesús gutiérrez
Lunes, 8 de diciembre 2014, 13:21
A las nueve de la mañana, a pesar del frío, los hombres de Santibáñez de la Sierra y algunos niños se daban cita en la Plaza para cumplir a rajatabla con el programa previsto para la jornada de ayer. Un programa elaborado para celebrar una matanza típica como las de antaño y que en esta legislatura se ha convertido en una fiesta popular y en una jornada de convivencia entre los que viven a diario en Santibáñez de la Sierra y los que vienen a pasar fines de semana, puentes y vacaciones.
Lo primero en hacer, la lumbre, que ya algunos habían preparado a las ocho de la mañana, después llegó el momento de matar el cerdo, un marrano que pesaba 15 arrobas y que tras ser sacrificado pasó a ser chamuscado, ante la alegría de los más pequeños, a los que le gusta jugar con la lumbre, por lo que pronto hicieron una más pequeña para ellos con la que entretenerse durante toda la mañana.
Cumplidos con los primeros requisitos, se pasó al despiece del animal, mientras la Plaza se iba llenando de gente poco a poco con la llegada de mujeres y jóvenes. Mientras unos hombres se encargaban de ir sacando las distintas piezas del cerdo, otros iban colgándolas en el varal preparado para la ocasión, otro se desplazaba a un municipio vecino para que un veterinario reconociera la lengua del animal con el fin de poder pasar más tarde a degustar los distintos productos del cerdo. Todos tenían algo que hacer, porque otro grupo se encargaba de preparar las degustaciones, empezando con la de chorizo para continuar con distintas piezas del animal asadas y también con sardinas asadas.
Los niños mientras tanto continuaban jugando con la lumbre o bien columpiándose en la soga, un juego que nunca faltaba en las matanzas de antaño y es que ayer Santibáñez de la Sierra volvía así al pasado.
Durante todo el día la Plaza se convirtió en un hervidero de gente y las degustaciones se fueron sucediendo, entre las que no faltó un plato típico como fueron las patatas meneás con torreznos.
Pero no todo fue comer ayer en Santibáñez de la Sierra sino que también hubo tiempo para la cultura, tanto por la mañana como por la tarde. Por la mañana, con la inauguración de la exposición de pintura de las hermanas Victoria y Alicia Santos Rodríguez, que fue muy alabada por los asistentes. Y por la tarde con la celebración de un homenaje a la Constitución, en la que distintas personas representando a distintos sectores de la población (niños, jóvenes, adultos y jubilados) dieron lectura a diversos artículos de la Carta Magna desde el balcón del edificio multiusos.
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