Guijo de Ávila quiere reabrir su aula de energías renovables

El aula de energías renovables de Guijo de Ávila es un lugar donde el conocimiento y la diversión se aúnan con el fin de que los más pequeños aprendan cómo funcionan y qué importancia tienen las energías limpias.

Han sido cientos los escolares que, en los más de 10 años de historia que tiene este lugar, han pasado por el mismo y han aprendido lo que son las energías renovables y su importancia actualmente, aprovechando los recursos que se encuentran en la sala. Dichos recursos van desde los paneles informativos hasta los pequeños juguetes -algunos más complejos que otros- que funcionan con energía solar, pasando además por distintas placas y paneles, una cocina solar y una estufa de peles.

Sin embargo, el aula hace algún tiempo que permanece cerrada a causa de la falta de personal. «Antiguamente teníamos un convenio con la Universidad y venían algunos alumnos a hacer prácticas aquí», señala María José Herrero, alcaldesa del municipio, quien asegura que una vez que finalizó el convenio no se pudo mantener el aula abierta.

«Es un aula única, tanto en la comarca como en la provincia, y creo que incluso a nivel regional, pero nosotros no podemos pagar a alguien para que esté aquí y el trabajo voluntario no sirve en este caso», señala la alcaldesa, quien añade que «tú le puedes pedir a alguien que te vaya a abrir la puerta de la biblioteca, por ejemplo, para que la gente pueda entrar y hacer uso de la misma, pero no que dé clases sobre energías renovables a un grupo de escolares, para eso hace falta que sea alguien que entienda y que esté, como mínimo, a media jornada».

Ante esta situación, asegura que el Ayuntamiento no puede hacer gran cosa puesto que «somos un pueblo pequeño, que recibimos el dinero que recibimos y si, por ejemplo, destinamos el dinero de planes provinciales para la creación de empleo a contratar a alguien para el aula de renovables, las calles se nos quedan sin barrer».

Por ello estaría dispuesta a solicitar, en solitario, «o de manera conjunta con otros municipios que tengan aulas de este tipo» alguna ayuda para la contratación de personal que mantenga viva el aula y les permita volver a recibir niños de colegios e institutos de toda la provincia, como pasaba antiguamente.

Yes que los niños no solo visitaban el aula, sino que hacían actividades en el exterior, relacionadas con las energías renovables, aprovechando para conocer el entorno, lo cuál también supone un incentivo turístico para el municipio.

La alcaldesa asegura que incluso se han llegado a plantear la idea de «sugerirle a Iberdrola si se podría hacer alguna beca para mandar a alguien a gestionar el aula».

Y es que cualquier idea que pueda ser viable es bienvenida en un municipio que quiere recuperar este rincón, perfectamente equipado y que, actualmente está listo para usar.

Lista para usarse

El aula de energías renovables de Guijo de Ávila está completamente equipada y preparada para usarse de manera inmediata.

Los paneles informativos, que describen el funcionamiento y las aplicaciones de diferentes tipos de energías renovables, lucen brillantes en sus paredes mientras que, en las repisas a lo largo de la pared se pueden ver decenas de juguetes y artilugios que funcionan con energías renovables.

Sebas Spinelli, trabajador del Ayuntamiento de Guijo de Ávila, abre el aula para poder visitarla y comprobar, que todo está en su sitio, incluidas las decenas de cajas de juegos que se acumulan en el armario y con las que los niños que visitaban el aula podían comprobar, montando sus artilugios, cómo funcionaban con energía solar.

El cañón, con el que se proyectan imágenes y diapositivas sobre un panel funciona perfectamente y Spinelli nos muestra como, las pequeñas placas que acompañan a los juguetes expuestos, también funcionan sin problemas, llegando a generar más de 20 voltios con apenas unos segundos de exposición ante el foco, que hace las funciones del sol, generando calor.

Todo en su sitio y preparado para funcionar. Sin embargo la puerta se vuelve a cerrar y el aula se queda de nuevo a la espera de una ayuda que permita contratar a alguien y reabrir sus puertas a los alumnos.