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Jorge Holguera Illera
Miércoles, 10 de septiembre 2014, 12:27
Hoy es el primer día de colegio, también será el primer día en que las escuelas de Palaciosrubios y Villaflores no abran sus puertas. Las escuelas rurales de estos pueblos han muerto por falta de niños. Tanto en Palaciosrubios con en Villaflores sufren el duelo que ya han vivido muchas otras poblaciones que pasan por el trance de la despoblación que asola Castilla y León.
Las gentes comentan con gran tristeza y añoranza esta penosa circunstancia. Pero nadie tiene la culpa, ni los alcaldes que más quisieran ellos ver las calles de sus pueblos repletas de jóvenes, ni los maestros, que buscan lo mejor para los niños que educan a diario.
Éste es el caso de estas dos localidades, que junto a Poveda de las Cintas, Tarazona de Guareña y Cantalapiedra comparten el Colegio Público Rural Agrupado Campopetre.
La directora de este colegio agrupado es Raquel Inés Jiménez Rodríguez, que además es una vecina comprometida de Villaflores, pues a su vez es teniente alcalde del Ayuntamiento. Jiménez explica que tanto en Palaciosrubios como en Villaflores se ha optado por un cese de funcionamiento de ambos centros en principio por este año. Los niños acudirán en autobús hasta el centro escolar de Cantalapiedra. Se ha tomado esta decisión por consenso con los padres que se han mostrado totalmente de acuerdo. La medida aún no era necesaria, aunque si recomendable, porque en cada uno de estos pueblos sólo quedan cuatro alumnos que podían acudir a la escuela de su propio pueblo, pero hay que tener en cuenta que iban a compartir todos aula, fueran del curso que fuesen desde primero de Educación Infantil hasta sexto de Educación Primaria.
La medida «es temporal», explica la directora, pues si el curso que viene hubiera más alumnos podrían reabrirse los centros, algo nada probable si se contempla la situación real de los municipios y tal como apuntan los alcaldes, conocedores de los niños que aún no tienen edad de asistir a la escuela y las madres en estado de buena esperanza.
Además, la directora del centro aclara que cada uno de estos niños tiene becado al 100% tanto el transporte de autobús con una persona responsable durante el trayecto diario y el comedor.
En Poveda de las Cintas ya se vivió con anterioridad el duelo del cierre de sus escuelas y también fue una decisión unánime de los padres y en ese caso sí fue un cierre acordado entre los padres y la Dirección Provincial de Educación. En la actualidad continúa cerrado a pesar de que son nueve los alumnos que van a Cantalapiedra y los padres están contentos porque sus hijos van a un colegio donde están con más niños de su propia edad y cuentan con una educación más dirigida a su nivel.
La dedicación de los profesores siempre es fuerte y personalizada, dado que en el caso de ser un centro con pocos alumnos, siempre cuentan con un tutor y cada alumno cuenta con las enseñanzas apropiadas a su nivel educativo, puntualiza Raquel.
El Colegio Público Rural Agrupado Campopetre presta servicio a las localidades de Cantalapiedra, Palaciosrubios, Villaflores, Tarazona de Guareña y Poveda de las Cintas. Este curso escolar solo abrirán sus puertas los centros de Tarazona de Guareña y el de Cantalapiedra. El primero de ellos recibirá a diario a nueve alumnos mientras que las aulas del centro escolar de Cantalapiedra recibirán a 64 niños, de los cuales llegarán en autobús un total de 17 chavales. De Poveda de las Cintas son nueve, de Palaciosrubios van cuatro y de Villaflores acuden otros cuatro.
«La mejor opción»
Alcaldes, padres y profesores coinciden en señalar que es la mejor opción para los más jóvenes de la localidad, aunque todos ven con tristeza esta situación. En las calles de Villaflores y Palaciosrubios se han oído comentarios y rumores todo este verano. «Las personas mayores echarán de menos a los niños en el patio del colegio», opina Vicente José González López, alcalde de Villaflores quien dice que ya estaban acostumbrados a verlos, sobre todo cuando acudían al Consultorio Médico que está al lado del colegio.
Víctor Jiménez, alcalde de Palaciosrubios, dice que le da «muchísima pena», además no le gusta ver que se cierren las escuelas de su pueblo, a las que él mismo acudió como alumno y de las que tiene muchos recuerdos. Considera que hay que tener criterios, a pesar de que el cambio no tenga todo lo bueno que se quisiera, «conviene que los niños tengan otras experiencias», aclara. De hecho este alcalde al igual que el de Villaflores es consciente de que aunque sea una medida temporal será muy difícil que vuelvan a ver en funcionamiento los colegios de sus respectivas localidades. «Tendría que haber una revolución demográfica y según está hoy el tema laboral lo veo muy difícil», concluye.
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