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SARA MARTÍN / WORD
Miércoles, 27 de agosto 2014, 14:55
Parece que el karma no está del lado de la capital de Las Arribes en cuanto a la festividad taurina se refiere.
Si el primer encierro fue problemático el segundo lo superó en incidentes. Todo comenzó en el Prao de Rocoso donde tras ser apartados los novillos de la ganadería de Valdeflores, la bomba que da comienzo al encierro a las nueve en punto hizo que éstos se asustaran y tuvieran que ser colocados de nuevo. Una vez que los novillos consiguieron salir, continuaron los incidentes. Tanto fue así, que uno de los cabestros entró a la plaza sólo, por lo que fue el primero en entrar en los toriles. Más tarde, dos toros hicieron de las suyas apartándose del resto de los novillos y creando su propio encierro.
Tal y como pasó anteayer, hubo también un triple encierro, pues otro de los astados se quedó rezagado y tirado en una de las calles, mientras que el tercero llegaba a la plaza de toros. Al comprobar que el novillo no se movía, el Ayuntamiento decidió recogerlo con una pala cargadora y llevarlo a la plaza, donde falleció tras ser introducido en los toriles.
Corrida
Por la tarde, la corrida también se vivió con algún que otro percance. Al fallecer uno de los astados en el encierro, tuvo que ser sustituido por otro de la ganadería de Valrubio. Y a pesar de que Iván González, el segundo de los novilleros pertenecientes a la Escuela de Tauromaquia de Salamanca supo llevar con soltura tanto el capote como la muleta, la suerte le dio de lado sufriendo una embestida al torear su primer novillo, Jamonero, por lo que el novicio salió por los aires y tuvo que retirarse al padecer una conmoción. Aunque le había clavado bien la muleta, el novillo sobrevivió al golpe a diferencia de su contrincante, quien finalmente tuvo que ser atendido de urgencia y no recibió ninguna oreja.
Tras el accidente acaecido en la plaza, Francisco Colmenero -el primero de los novilleros- tuvo que hacerse también con el cuarto novillo, que junto con el anterior, eran dos astados bastante corpulentos para la plaza de Aldeadávila. Gracias al tercer toro, Colmenero pudo hacerse con una oreja, el único triunfo de toda la tarde.
La fiesta continúa
Los vecinos de Aldeadávila siguieron con la fiesta gracias a la orquesta Clan Cero, que hizo bailar y cantar a todos los asistentes durante la pasada noche. Para continuar, como ya es costumbre, la charanga La Clave animó las calles con su música acompañados de las peñas.
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