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javier pérez andrés
Viernes, 29 de agosto 2014, 10:57
Dentro de unos días se inaugurará la bodega. Tres jóvenes de Castrillo de Duero han devuelto al apodo de su pueblo -Castrillo de Duero- el mejor significado: se han empecinado -obstinado- en elaborar un vino en la patria de Juan Martín Díez, el militar de la Guerra de la Independencia, que llegó a ser capitán general siendo guerrillero. En la Ribera del Duero se fraguó su leyenda.
David, César y Carlos llevaban gestando la idea desde hace unos años. Todo empezó en Malacuera, un topónimo del monte de Castrillo, donde se encuentran las bodegas tradicionales de la localidad. Fue, sin duda, en una de las bodegas -no muy lejos de la que fuera propiedad del héroe de la Guerra de la Independencia española- donde se gestó este sueño, de la mano de un viejo viticultor, Gerardo del Pico, a quien todos conocían en Castrillo con el apodo de Herodes. «Él fue», asegura César, «quien nos trasladó el amor al vino, pues en las tardes de bodega y clarete nos fuimos convirtiendo en sus discípulos».
más gastronomía
César, emparentado con una 'empecinada', se encarga de la administración. Los hermanos David y Carlos Rodríguez se reparten las tareas de comercialización y bodega. Carlos fue la persona que más años compartió con Gerardo las tareas de elaboración del vino. Pero todos ellos, «en torno a un porrón de vino y sin buscarlo», asegura César, experimentaron su amor al vino, lo que se convirtió en más que una afición. Durante mucho tiempo, esto les condujo a entender el calendario de la vinicultura, desde la vendimia al envero, desde el trasiego al embotellado.
Allí, en la bodega subterránea de Malacuera, muy cerca de la del jefe de la guerrilla legendaria, aprendieron términos como 'pisamostos', 'tiradores', 'garillo', 'cocedera', 'carral' y 'ojo gallo'. De ahí que, junto a su primer vino -un tinto roble de la añada de 2013 que saldrá al mercado en las próximas semanas- también nacerá un clarete, en recuerdo a los vinos que se bebían en Castrillo de Duero en tiempos del Empecinado y de los vinos que elaboraba Gerardo, fallecido en la añada de 2013.
Zona de vinos DO Ribera del Duero
Visitas Tras la vendimia, la nueva bodega de Castrillo de Duero y la primera en construirse en el casco urbano, permitirá a los visitantes la degustación de sus vinos. Esto se unirá a la visita al Museo del Empecinado y a las bodegas tradicionales. Bodegas Malacuera se inaugurará oficialmente el próximo 13 de septiembre, el mismo mes en el que naciera su ilustre paisano, en la añada de 1775.
Malacuera es una bodega familiar acogida a la DO Ribera del Duero. En principio, produce alrededor de 25.000 botellas de vino tinto, que elabora con uvas seleccionadas de majuelos de entorno del Valle del Botijas y de la comarca ribereña. Los tres 'empecinados' -que así es como se les llamó y se les sigue llamando a los habitantes de Castrillo de Duero- han dejado en manos del enólogo peñafielense Ángel Luis Margüello el diseño de su primer Ribera del Duero: mucha fruta, poca duela y tempranillo. El clarete que nacerá de la vendimia de 2014 se elaborará con una pequeña porción del albillo, recordando aquellos 'ojo gallo' del pasado.
El origen, en el subsuelo
Las instalaciones están en el casco urbano, pero el alma y el origen permanece en las entrañas de la tierra, en las cavidades subterráneas que guardan los secretos del pueblo que aparece en los Episodios Nacionales. Juan Martín Díaz, el Empecinado, ya tiene un vino del Duero elaborado en su pueblo. Sin duda, los 'caldereros' del 'diablillo jefe', como ellos mismos denominaban a Gerardo, se han salido con la suya. Su última diablura permitirá a los visitantes degustar sus vinos, visitar el museo local del héroe
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