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Concha Velasco: «Soy una privilegiada; es difícil que me venga abajo»
Concha Velasco: «Soy una privilegiada; es difícil que me venga abajo»
CULTURA

Concha Velasco: «Soy una privilegiada; es difícil que me venga abajo»

MARÍA AURORA VILORIA

Jueves, 11 de mayo 2006, 02:00

Vestida con un camisero oscuro y con unos grandes aros colgados de las orejas -le gustan los pendientes grandes, dijo-, Concha Velasco, que el pasado diciembre unió el Premio de EL NORTE FE CASTILLA a sus muchos galardones, llegó con extraordinaria puntualidad y disfrutó con el vi-deochat, en el que explicó para ella lo más importante son sus hijos y, luego, su profesión de actriz. También contó los lugares de Valladolid que siempre visita, entre ellos el Teatro Calderón en el que una placa en los pilares perpetúa la frase 'Mamá quiero ser artista' y le recuerda a su madre.

¿Tengo 28 años y te admiro como actriz. Teatro, televisión, cine... ¿con qué te quedas? Noara.

Concha Velasco: -Yo me quedo con los tres medios. Lo de menos es el espacio, lo importante es el texto, el personaje, el director, y los compañeros de reparto. Soy muy exigente y perfeccionista y me gusta rodearme de compañeros de los que todavía hoy pueda aprender algo.

¿Por qué no vuelves a televisión? ¿Algún motivo en especial?

C. V.: -No, me encanta la televisión, es una pantalla que entra en muchos hogares en pueblos, incluso en aldeas donde vive gente que no tiene acceso al teatro. Lo que ocurre es que estoy haciendo 'Filomena Marturano' en gira por España y solo tengo libres los lunes y los martes, pero si fuera algo muy importante, quiero decir de calidad, no me importaría volver a la televisión.

¿Hay algún lugar en Valladolid al que te gusta volver o recordar? Transt.

C. V.: -Sí, hay cuatro, el Arco de Ladrillo, la calle Recondo, donde yo nací, la Acera de Recoletos, donde nació mi hermano, frente al Campo Grande, y el Teatro Calderón, donde he trabajado desde niña y además tengo una placa en los pilares que dice 'Mamá quiero ser artista'. Cada vez que vengo a Valladolid toco esa placa, porque noto que mi madre está aquí. Si ella hubiera podido ver como me reciben en Valladolid cada vez que vengo... Pero como soy creyente, estoy segura de que lo ve.

¿Por qué una mujer tan estupenda como tú aguanta a un mal marido? Che.

C. V.: -Yo siempre, como Filomena Marturano, he querido formar una familia y para mí han sido muy importantes mis padres y son muy importantes mis hijos, y por ellos hay que hacer todo tipo de sacrificios.

¿Qué recuerdo guardas de la maravillosa película 'Más allá del jardín'? Diego.

C. V.: -El de trabajar otra vez con Pedro Olea, que yo creo que es el director con el que he hecho los mejores trabajos de los últimos tiempos, porque yo divido mi carrera en tres etapas, la juvenil, la adulta y la madura. Pedro Olea es el director con el que he hecho 'Tormento', '¿Pim, pam, pum, fuego!' y 'Más allá del jardín', un trabajo muy difícil en el que solo él creía, porque ni Antonio Gala, autor de la novela, creía en mí para el personaje. Lo mejor fue mi viaje a Senegal, donde estuve un mes y trate de encontrarme a mí misma a través del personaje. Y me dio miedo, porque me hubiera quedado allí con las monjas misioneras atendiendo a los que ya considero amigos por lo bien que me trataban. Pero me asusté y volvía la vida cómoda y fácil que llevamos los europeos que no sabemos bien lo que tenemos.

Te quieren mucho y te admiran como profesional, eres un ejemplo a seguir. Ciclón.

C. V.: -Muchas gracias a todos y todas los que me apoyáis -a mí eso de decir todos y todas no me hasta mucho, pero bien-. Como mujer tampoco soy yo tan ejemplar, que me da mucha vergüenza, porque yo hago lo que puedo. Como actriz yo creo que tengo más virtudes que como persona.

Envidio la fuerza que tienes ante los problemas, ¿como lo haces? Fran.

C. V.: -Hay mucha gente, mujeres, hombres, niños, ancianos, a los que les pasan cosas muchísimo más graves y muchísimo más importantes que a mí. Gente anónima que no tiene la suerte de poseer una familia como la que yo tengo, ni unos hijos que me adoran y respetan, ni una profesión que me aplaude en el escenario cada día. Soy una privilegiada, ahora, eso sí, no si es porque soy de Valladolid, hija de militar y de maestra, pero es difícil que yo me venga abajo, porque estoy acostumbrada a luchar desde niña. Debe ser que Castilla da este carácter, y que no se nos ponga nadie por delante. Es que soy muy comunera.

Te vi en el Teatro Calderón en una obra de Gala en la que aparecía un actor joven desnudo en escena. Unas señoras mayores comentaron que se marcharían si volvía a salir. ¿No te da miedo enfrentarte a un público tan conservador? ¿Lo asumes porque no te queda más remedio o te gusta provocar y remover conciencias? José.

C. V.: -No, a mí no me gusta provocar al espectador de esa manera. Remover conciencias, sí. El teatro, como el cine y la literatura, tiene varias misione, entretener, criticar, aleccionar, poner el dedo en la herida de la sociedad, y cada día es más difícil escribir y hacer buen teatro, porque con la televisión, Internet y la prensa diaria es difícil que el teatro, que siempre ha sido vanguardista, pueda plantear temas que le interesen al espectador. La prueba es que seguimos repitiendo textos clásicos y es casi imposible que autores nuevos puedan escribir algo que no haya pasado de moda desde que está en su cabeza hasta que llega al papel. En cuanto a 'Las manzanas del viernes', era una provocación de Antonio Gala, que quería contar a través de ese personaje lo que hoy está ocurriendo en televisión. gala se adelanto a su tiempo, porque hablaba de una marea negra, que fue lo que sucedió dos años después con el 'Prestige'.

¿Qué opinión tienes de la oferta televisiva actual? David.

C. V..: -Mala, mala, mala.

¿Por qué fracasó 'Hello, Dolly? José.

C. V.: -No fue un fracaso, lo que sucedió es que el coste era más alto que las butacas que hay en el Teatro Calderón de Madrid. No supimos hacer bien los números, no podemos competir con las multinacionales americanas que producen espectáculos sin temor al riesgo económico. los empresarios españoles de teatros privados a veces nos dejamos todos nuestros bienes en una obra que nos gusta. Pero no fue un fracaso, fue un fracaso económico.

¿Qué haces para estar tan joven y tan guapísima? Che.

C. V.: -Decía Ingrid Bergman que para vivir con alegría había que tener buena salud y mala memoria. Lo mío es buena memoria, buena salud y alegría de vivir.

¿Qué le dirías a Sean Connery si te tirara los tejos? Corazoncita.

C. V.: -No le diría nada porque está muy mayor para mí. Le estoy sustituyendo con Richard Gere que está más en mi edad.

¿Con cual de tus películas te quedas? Daniel.

C. V.: -'Las chicas de la Cruz Roja', claro; 'La verbena de la Paloma', en la que me veo como veis a Penélope Cruz ahora, guapa, guapa, guapa; 'Tormento', 'Pim, pam, pum, fuego', 'Más allá del jardín', y 'París-Tombuctú', de Berlanga.

¿Con quién te gustaría trabajar en el cine? Tomás.

C. V.: -Con Manuel Gutiérrez Aragón, José Luis Borau, Elías Querejeta, como productor; Fernando Trueba, Fernando León de Aranoa, Isabel Coixet, y todos los jóvenes que están empezando y cambiando el cine español. Con el que más, con Manuel Martínez Velasco, mi hijo, que tengo ganas de que haga un largo y yo sea la protagonista.

¿Qué papel te hubiera gustado hacer y no llegó? Elena Álamo.

C. V.: -Muchos. Se me ha pasado la edad para hacer 'La Regenta', 'Fortunata y Jacinta', pero he tenido la suerte de ser Santa Teresa, un trabajo del que me siento muy orgullosa. Puedo hacer 'La Celestina', lady Macbeth, y proponer una versión teatral de Isabel la Católica en los últimos años de su vida, cuando su marido...

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