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A. G. ENCINAS
Jueves, 2 de marzo 2006, 01:00
Luis Aragonés tiene por delante tres meses y medio para afinar una selección joven y con algunos 'novatos' que han demostrado tener sitio. Y la primera de las pruebas para compactar al equipo fue ante Costa de Marfil, un conjunto tan rocoso y potente físicamente como endeble atrás sin dos de sus baluartes defensivos, Eboué y Kolo Touré (Arsenal). El seleccionador español dispuso dos formas diferentes de atacar un sistema defensivo más o menos habitual, el 4-4-2 dispuesto por Henri Michel.
En el primer tiempo, Aragonés probó con un 4-3-3 complicado de poner en práctica. Si en un doble pivote se debe encontrar la combinación de destrucción y creación precisa para no colapsar el centro del campo, en un triple pivote la cuestión adquiere nuevos matices. Luis Aragonés tiene un jugador, Xabi Alonso, capaz de aunar todas las funciones del centro del campo. Sin embargo, el entrenador madrileño no se atreve a renunciar a la seguridad que da contar con un Albelda por detrás. Fue el valenciano, pero podrían ser Orbaiz, del Athletic, o Senna, del Villarreal. Jugadores que mantienen la posición pase lo que pase, con el carácter suficiente como para frenar en falta una acometida del rival que coja al equipo a pie cambiado. Futbolistas que, por otro lado, adolecen de la salida de balón que poseen Xabi Alonso o el debutante Cesc Fábregas.
Un destructor fijo
Albelda se situó por delante de la defensa, mientras que Cesc y Xabi Alonso prestaban más atención a los movimientos ofensivos del equipo. Más arriba tenían tres referencias cuya movilidad es su gran baza. Fernando Torres, Villa y Luis García siguen la idea de Frank Rijkaard en el Barcelona -Ronaldinho, Eto'o, Messi- y pueden alcanzar un buen nivel ofensivo si logran coordinarse. Luis García permutó posiciones con Villa en algunos momentos, el asturiano buscó a veces el centro, y Fernando Torres aprovechó su velocidad cuando Cesc le buscó en profundidad. Sin embargo, todavía queda ver a Torres arrastrando a la defensa rival para crear espacios a Villa, por ejemplo.
Los goles costamarfileños llegaron en errores defensivos más propios de la falta de tensión del encuentro que del nivel que puedan llegar a ofrecer los jugadores españoles. En un partido sin apenas faltas y con muchos espacios, tanto España como Costa de Marfil se repartieron las ocasiones. Los de Drogba acertaron a la primera ocasión tras un despeje fallido de Pablo y Puyol y una gran internada por la banda de Akale, que superó por potencia a Sergio Ramos. Empató España con el 'Guaje' Villa rematando en dos tiempos una buena jugada de ataque de Luis García y Cesc, pero en la segunda parte volvió a llegar un despiste por la falta de concentración y Kalou, recién salido al campo, cogió desprevenidos a todos con un voleón desde fuera del área.
Para cuando España quiso dar respuesta a la ventaja africana, el equipo había cambiado su dibujo sobre el campo. Pese a que Luis Aragonés había insistido el día antes del encuentro en que nunca había jugado con un 4-2-3-1, la realidad es que la salida al campo de Reyes y Joaquín permitió ver ese esquema, apoyado en Senna y Cesc.
Empate y remontada
El tanto el empate a dos llegó en otro disparo lejano, esta vez de Reyes, pero pudo haber llegado en un disparo de Fernando Torres al palo o en un tiro de Cesc y el posterior rechace de Morientes tras el error de un portero, Tizié, especializado en chocarse contra los balones para que reboten a los pies de los delanteros.
En el dispositivo táctico de la segunda parte brilló sobre todo una de las bandas, la de Reyes. En el otro lado, Joaquín fue incapaz de marcharse de los defensores de Costa de Marfil. Reyes abrió espacios, buscó el centro con mucha intención y creó peligro, mientras por detrás Cesc cobraba aún más importancia al verse con un centrocampista menos al lado. La única duda que puede quedar es si ante un rival más presionante y en un partido con más tensión podrá tener la misma soltura y capacidad de liderazgo. Ayer, como hace unos días contra el Real Madrid en el Bernabéu, dejó un recado para cuando Luis Aragonés confeccione la lista definitiva del Mundial.
Para terminar de redondear un partido que al menos fue atractivo e interesante, España demostró capacidad de reacción y se sobrepuso a los dos tantos visitantes. Un saque de esquina sirvió para sacar tajada del punto débil del equipo africano, su portería. Balón al segundo palo y cabezazo picado de Juanito que tocó el poste antes de entrar. Por si quedaba algún detalle, hubo tiempo para ver un contragolpe de Drogba, que envió alto obstaculizado por Iker Casillas.
Resulta complicado advinar si España, con lo visto ayer, será capaz de brillar en Alemania. En todo caso, si culmina el relevo generacional que piden a gritos Cesc, Sergio Ramos, Reyes, Villa o Pablo, sentará las bases de un futuro muy prometedor cuyos resultados quizás se puedan ver a medio plazo.
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