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Dejar de fumar. Ese es el propósito que se suelen marcar buena parte de los fumadores en estas fechas. Ese ‘de hoy no pasa’ después de apretar un cigarro contra un cenicero es un gesto que miles de personas repiten cada primera semana del año por sistema, pero, para que esa frase se lleve a efecto, hay que tener mucha fuerza de voluntad o ayudarse de técnicas que permitan pasar ‘el mono’ de la forma menos drástica posible. Los chicles y los parches de nicotina tuvieron su momento, aunque ahora son las máquinas de vapear las que se han convertido en el mejor aliado para los fumadores que pretenden dejar de fumar sin sufrir demasiado.
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La única tienda de cigarrillos electrónicos de Palencia es Essenz, en la calle Antonio Maura, donde su gerente, Jessica Rojo, defiende que esta práctica es la mejor manera para dejar de fumar. «Aproximadamente nueve de cada diez de mis clientes deja de fumar gracias al vapeo. Mucha gente va bajando la nicotina y al final logra dejarlo sin esfuerzo», asegura Rojo, que cifra en casi medio millar el número de personas que practican el vapeo en la ciudad de Palencia.
El prestigioso Royal College of Physicians de Reino Unido, que agrupa a un importante colectivo de más de 32.000 profesionales médicos, ha publicado un informe en el que aconseja a los fumadores habituales que opten por los cigarros electrónicos para dejar el tabaco y, de este modo, evitar los daños asociados a esta adicción. No obstante, la modificación de la Ley Antitabaco ha equiparado la publicidad, la promoción y el patrocinio de los cigarrillos electrónicos a los productos del tabaco. Este nuevo marco legal ha hecho que el emergente sector del vapeo vea cómo se tambalean sus cimientos. Y es que, esta nueva regulación echa por tierra los fundamentos que han permitido que el cigarro electrónico se vea como una alternativa al tabaco, ya que trata al vapeador de forma similar que al fumador pese a que, según los expertos, ambos tienen poco que ver.
Iñaki Fierro fumaba dos cajetillas de tabaco diarias hace cuatro años, pero eso cambió cuando se pasó al vapeo, que le ha permitido desengancharse de la nicotina. «Esto ha sido un cambio muy beneficioso para mi salud. Antes me costaba más andar, respiraba peor y las comidas no me sabían a nada, pero todo cambió gracias al vapeo. Ahora tampoco tengo las toses matutinas que siempre acompañan al fumador», apunta Fierro que ha dejado de fumar, aunque no de echar de humo –o vapor en este caso–. «He dejado de fumar, pero no de vapear, pero es por otro factor que no es físico, es más psicológico. Necesito tener algo en la mano y echar humo. El mayor enganche que tiene un fumador es ese, porque el mono de la nicotina se te pasa en una semana más o menos», añade.
Fierro asegura que la salud es lo que más le ha cambiado gracias al vapeo, aunque otro factor que ha mejorado con esta práctica es su economía, ya que si siguiese fumando, se gastaría cerca de 300 euros al mes solo en tabaco. «Nunca había llegado a calcular lo que me gastaba al día en tabaco porque siempre he pensado que eso es lo de menos. Creo que todos los fumadores que quieren dejarlo y no tienen la suficiente fuerza de voluntad, pueden dejar de fumar con el vapeo, que además tiene una ventaja: te permite echar humo mientras estás tomando el café en el bar –si el sueño lo permite– y eso es un placer que todo fumador disfruta al máximo», concluye.
La legislación ha cambiado varios aspectos, pero los más controvertidos siguen vigentes. Sigue prohibido vapear en lugares que pertenezcan a las administraciones públicas, ya sean oficinas, centros sanitarios, o educativos. Tampoco se podrá vapear en espacios al aire libre si están dentro de estos edificios, ni en zonas infantiles como parques o espacios de juego o cualquier tipo de transporte público. No obstante, el vapeo sigue permitido en espacios privados, siempre y cuando el propietario lo autorice.
Cumplir el propósito de año nuevo de dejar de fumar es ahora más fácil gracias al vapeo, aunque hay otros propósitos que siguen siendo casi una quimera para muchos, y es que apuntarse a la academia de inglés o al gimnasio no es lo mismo que aprender idiomas o bajar de peso. Muchos de los que han cambiado el paquete de tabaco por la máquina de vapear lo tienen claro, parece que ahora es más fácil dejar de fumar que perder esos kilitos de más que hemos cogido en estas fiestas.
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